El obispo Rolando Álvarez que guardaba arresto domiciliario fue incluido por las autoridades en la lista de los 222 prisioneros a ser enviados a Washington, se negó a ser desterrado y lo trasladaron a cárcel de máxima seguridad.
Según el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, el obispo fue trasladado de su residencia en Managua, hacia la Fuerza Aérea, donde aterrizó un avión privado de EE.UU., para llevarse a 224 personas, llamados «presos políticos».
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El presidente dijo que el obispo estaba haciendo fila con los demás presos y justo antes de subirse al avión comenzó a decir que no se iba a subir.
«Exige hablar con los obispos, una reunión con los obispos», apuntó Ortega, quien recordó que la decisión de expulsar a los prisioneros «es una decisión del Estado nicaragüense», que no se puede «cuestionar».
Ortega afirma que Monseñor Álvarez era el preso número 92 en la lista, pero insistió con no irse. «Está desquiciado», aseguró y mencionó que debía ser evaluado por «autoridades médicas».
«No sé qué piensa este señor que, frente a una decisión del Estado nicaragüense, él dice que no acata, una resolución de un poder del Estado que lo está mandando a irse de país», alegó.
El político mencionó que, por negarse a acatar las órdenes del Estado, Álvarez fue trasladado al penal de reos comunes «La Modelo» que queda a pocos kilómetros de Managua. «Y como él lo decidió, ahí está guardando prisión», agregó.
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En su discurso, Ortega arremetió contra el obispo, llamándole «energúmeno» y diciendo que este «no puede tener el coraje de Cristo que aguantó los azotes».
Cabe mencionar que, Álvarez de 56 años, fue acusado de «organizar grupos violentos» y por «propagación de noticias falsas» por el criticado gobierno de Ortega, el próximo 15 de febrero se llevará a cabo el juicio.
Redactora de Once Noticias Digital.
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