La Misión Técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI), concluyó su visita a Honduras en donde abordó diferentes temas con varios funcionarios del Gobierno, así como con la empresa privada y la sociedad civil.
De acuerdo al informe que emitió el FMI sobre las condiciones en las que se encuentra el país señalan que si bien Honduras se recuperó notablemente tras la pandemia de la COVID – 19 más los estragos ocasionados por el paso de los huracanes Eta e Iota, aun las condiciones sociales siguen siendo frágiles.
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“Existen importantes riesgos de deterioro de las perspectivas a corto plazo, sobre todo debido a la actual sequía, que está afectando al sector agrícola y la producción de energía”, manifiesta el documento.
Gestión Fiscal
Según el FMI es esencial que se mantenga una gestión fiscal prudente y el gasto debería reorientarse a la inversión en infraestructura como represas, carreteras, hospitales y escuelas, así como programas sociales bien focalizados como la Red Solidaria y todo ello reforzando la eficiencia en la recaudación de ingresos y ampliar la base tributaria.
Ley de Justicia Tributaria
“Si se aprueba, será esencial que la reforma se aplique de forma transparente y previsible, como se establecería en las regulaciones correspondientes. El FMI está preparado para apoyar este proceso”, manifiesta la misión.
Sequía y problemas en energía eléctrica
Para el FMI, Honduras debe adoptar con rapidez medidas que garanticen la sostenibilidad del sector energético y limiten el impacto sobre la actividad económica y las personas más vulnerables.
“Una pronta identificación de nuevas fuentes de energía será esencial para satisfacer la creciente demanda interna y limitar los efectos en el ámbito fiscal y de balanza de pagos”, mencionan.
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Sobre el futuro inmediato expresan que el crecimiento del Producto Interno Bruto disminuya en 2023 por una baja en el envío de remesas, entorno externo menos favorable y el impacto de la sequía que podría ser más grave y prolongada de lo previsto.
“Honduras sigue enfrentando problemas sociales y estructurales de larga data, motivo por el cual sigue siendo uno de los países más pobres y con mayor desigualdad del Hemisferio Occidental: en torno a una cuarta parte de la población presenta alto riesgo de inseguridad alimentaria”, lamentan.
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