Luego de doce días de testimonios y alegatos por parte de la fiscalía y la defensa, el expresidente Juan Orlando Hernández, subió al estrado y tomó la palabra para defenderse.
En las próximas horas, el destino del exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández, estará definido, se sabrá si es culpable por narcotráfico o simplemente lo declarado inocente.
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¿Narcotraficante a gran escala o paladín continental de la lucha contra el crimen organizado? Cada parte, fiscalía y defensa, trabajaron para presentar sus propias versiones al jurado, quienes ahora tienen la tarea de elegir el destino del exmandatario.
En las últimas horas, los jurados vieron dos facetas de Juan Orlando Hernández, esto cuando Hernández, decidió subir al estrado a testificar.
JOH, como es conocido popularmente, fue dos hombres de manera casi simultánea, el narcotraficante y el jefe de Estado que alegó haber liderado una cruzada antidrogas jamás vista en Honduras.
Fue la segunda persona cuando de manera cómoda, respondió a las preguntas de sus defensores, y el segundo cuando evitó las interrogantes de los fiscales.
En último instante, Juan Orlando decidió subir al estrado, después de 10 días donde se presentaron once testigos por parte de la fiscalía y tres por la defensa, que el exmandatario decidió subir.
En varios intercambios con los fiscales, JOH no parecía ya el jefe de Estado seguro de sí mismo, sino un acusado más que intentaba mantener el porte ante preguntas comprometedoras.
Doce neoyorquinos, son ahora los responsables de decidir, cuál versión del expresidente hondureño pesa en su veredicto, la del político que combatió narcotraficantes o la de un hombre que dirigió un Estado cuyo peso utilizó para convertir a su país en un “corredor abierto” al movimiento de cocaína.
¿Usted qué opina?