El misterio continúa imperando en la masacre acontecida la madrugada del jueves 14 de julio en el bulevar Morazán de Tegucigalpa donde acabaron con la vida de cuatro jóvenes incluyendo el hijo del expresidente de la república, Porfirio Lobo Sosa y según reportes no oficiales, uno de los sospechosos habría fallecido.
Durante el ataque uno de los perpetradores de la masacre, resultó herido o eso evidenció una de las cámaras de seguridad que grabó el instante en que los malhechores ingresaban al parqueo y posteriormente cuando se daban a la fuga uno de ellos cayó al suelo y batallaba por moverse.
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Al estar sobre la calle, el sujeto intentaba levantarse, sin embargo, sus esfuerzos eran en vano, hasta que uno de sus compinches lo llegó a auxiliar llevándoselo de la escena.
Tras cometer la masacre, los sospechosos supuestamente se dirigieron a una clínica privada para que su compañero recibiera atención médica, pero al arribar al lugar, supuestamente el individuo expiró antes de poderle practicar una cirugía.
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Un rotativo capitalino asegura que un testigo les dio a conocer que el sujeto murió por una “obstrucción de arteria femoral por un disparo de arma de fuego”.
El cuerpo sin vida lo retiraron del centro asistencial los sujetos que lo llevaron, solamente lo envolvieron en sábanas.
Autoridades arribaron al lugar horas después, sin embargo, no hallaron el cadáver del sospechoso.
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