Los organizadores de CONCACAF esperan 50,000 aficionados aztecas para el compromiso de cuartos de final entre mexicanos y catrachos
El imponente y majestuoso estadio de los Cardenales de la NFL, franquicia con sede en Phoenix Arizona, albergará a unos 50,000 aficionados para el partido de este jueves entre el tricolor azteca y la selección hondureña por los cuartos de final de la Copa Oro.
El Estadio de la Universidad de Phoenix probablemente se vestirá de verde, rojo y blanco por la gran comunidad de mexicanos que viven en la ciudad y sus alrededores. Con seguridad, los hinchas hondureños serán pocos y se tendrá que remar contra la marea en ese difícil encuentro.
En cada uno de las sedes donde México se presentó en la fase de grupos de este certamen (San Diego, Denver y San Antonio TX) el equipo de Juan Carlos Osorio jugó como si lo hiciera en su propia tierra. Y en esta ocasión la situación no será del todo diferente. Los mismos organizadores del certamen se han tomado la atribución de cambiar la hora del partido para la llegada, sin problemas, de los aficionados aztecas.
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Considerando que los mexicanos son mayoría entre la comunidad latina en los Estados Unidos, este fenómeno es normal, pues según diversos estudios realizados en el país del norte, desde el 2009, se mantiene un cifra que gira alrededor de los 12 millones de aztecas distribuidos por todo el país.
A pesar de esa brutal superioridad, se espera en este sector, la presencia de al menos 10 mil catrachos que llegarán a apoyar a la Bicolor nacional en este decisivo juego por los cuartos de final del torneo más importante de las selecciones de CONCACAF. El partido entre Honduras y México siempre ha sido un negocio muy lucrativo y se espera que este partido rompa récords de ventas en boletería.
En los dos últimos enfrentamientos en este territorio, el Tri y la Bicolor jugaron ante la presencia de más de 70 mil aficionados y casualmente ambos fueron en la ciudad de Houston. Uno en el 2011 por la Copa Oro y el último en el 2015 en un duelo de preparación
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