Tras el rescate de 11 niños que fueron secuestrados por un grupo extremista de musulmanes, fue encontrado el cuerpo del pequeño niño de cuatro años, a quien su padre saco sin permiso de su madre para realizarle un exorcismo.
El cuerpo sin vida del pequeño Abdul-ghani Wahhaj fue encontrado en un miserable e improvisado campamento en Nuevo México, donde su padre y otro hombre armado tenían secuestrados a 11 menores.
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La redada que llevó el viernes pasado al arresto de estos hombres armados y a la liberación de los otros niños comenzó precisamente con la denuncia de la madre de Abdul-Ghani Wahhaj, que habría sido secuestrado por el padre, Siraj Wahhaj, en diciembre pasado en Jonesboro, en Georgia, a más de 2.200 km.
En el primer operativo, Abdul -que sufría de convulsiones y tenía retrasos cognitivos y de desarrollo- no fue hallado. Pero los oficiales regresaron al lugar después de interrogar a los sospechosos el viernes y sábado, que les llevó a creer que el niño aún estaba en el lugar. «Teníamos una idea de dónde buscar al niño», dijo el sheriff, citado en la prensa local.
La madre de Abdul dijo a las autoridades que el Siraj Wahhaj quería hacerle un exorcismo a su hijo porque consideraba que su discapacidad se debía a un demonio.
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Los otros chicos, entre 1 y 15 años, «están seguros y sus necesidades están siendo atendidas», dijo Henry Varela, director de comunicaciones del Departamento de Niños, Juventud y Familias de Nuevo México.
Monique Jacobson, secretaria de gabinete de esa institución, dijo más temprano que pedirán a la justicia «mantener la custodia de los niños».
En el campamento, había poca comida y agua, y los prisioneros no tenían zapatos y vestían harapos. Además, fueron privados de higiene básica.
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