A menos de dos meses para que comiencen los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur, el comité organizador enfrenta una barrera difícil de superar.
Se trata de la venta de entradas para los diferentes eventos. Hasta el 10 de diciembre, el comité vendió poco más de 586 mil tiquetes, es decir, el 55% de su objetivo.
Hasta el 1 de noviembre, el comité olímpico solo había vendido un 31% de los tiquetes, lo que quiere decir que están muy por debajo de su meta.
Y es que Corea del Sur esperaba que los Juegos Olímpicos llevaran crecimiento económico producto de la gran cantidad de visitantes que recibirán.
No obstante, los sueños del gobierno surcoreano fueron cimentados por culpa de la carrera nuclear que lidera Kim Jong-un, el presidente del país vecino del Norte. Pyeongchang queda a solo 60 millas de la frontera con ese país.
Esta situación ha alertado a los estadounidenses, mientras que el ministro de Deportes de Francia comentó en setiembre que el país podría evitar ir al evento si la seguridad no puede garantizarse.
Y es que en los últimos meses, Norcorea ha aumentado la velocidad de su programa nuclear, por lo que un evento de esta magnitud es el momento ideal para alertar nuevamente al planeta entero.
“Creo que la gente tiene demasiado miedo de Corea del Norte, pero para ser sincero, no es un gran destino turístico, para empezar”, comentó Brian Peters, director ejecutivo de Bucket List Events, en declaraciones recogidas por Time.
Sin embargo, hay una esperanza para que haya gente en la gradería. El Ministerio de Educación del país acordó comprar boletos para grupos escolares como parte de un programa regular de excursiones, como resultado de una asociación establecida el año pasado, dijo a TIME un representante del comité organizador.
La única ventaja de esta situación es que no es demasiado tarde para visitar Corea del Sur. El comité ofrece el paquete de boletos “New Horizons” por 5 mil dólares, el cual incluye tiquetes para la ceremonia de apertura y los eventos de más alta demanda.
Enfrentar la falta de público fue un problema para la organización de los Juegos Olímpicos de Río 2016, pues grandes eventos como el atletismo no tuvieron la afluencia que se esperaba.
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