El caso de Carlos Medina ha llenado de consternación a los pobladores de Siguatepeque, quienes recuerdan al joven como una padre ejemplar y amoroso.
No hace mucho, su esposa se había ido para los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades; al encontrar estabilidad, se empeñó por llevar a su familia al país norteamericano.
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Tras varios meses de la partida de su amada, Carlos Medina emprendió la aventura del sueño americano con sus dos hijos, pero ese anhelo se desvaneció en el camino.
La tragedia llegó a la familia Medina, cuando el joven sufrió un infarto provocándole la muerte; sus dos hijos fueron testigos de la triste escena quedando varados en la ruta hacia los Estados Unidos.
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En México un coyote recogió a los dos menores llevándolos hasta los Estados Unidos, donde pudieron reunirse con su madre, sin embargo el dolor y la angustia siguen presente.
A casi 20 días de su fallecimiento, el hondureño fue enterrado en Siguatepeque donde familiares, vecinos y amigos acompañaron los restos hasta el cementerio.
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