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Diferencias internas están rompiendo al PAC

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Las disputas internas han provocado grandes fisuras dentro del partido que más había ilusionado a los hondureños en los últimos años.

El Partido Anticorrupción, que en las elecciones de noviembre del 2013 rompió los estereotipos políticos de nuestro país, logrando más de 400 mil votos y obteniendo 13 diputaciones, sufre en estos momentos una crisis interna que amenaza con destruirlo en pedazos, desde adentro.

La manzana de la discordia: Marlene Alvarenga, la diputada disidente que según el máximo líder del PAC, Salvador Nasralla, logró engañarlo haciéndole creer que era una persona leal y honesta.  “Era de esa gente cristiana que se tira al suelo en las iglesias. Me llevó a presentar un montón de pastores y yo le creí…”. Manifestó en su momento.

Nasralla afirma que Alvarenga lo engañó mostrándole un rostro falso, una máscara, haciéndose pasar por una mujer de fe, como una devota cristiana que asistía a su congregación de la mano de su esposo, quien, según él, es primo-hermano de Los Cachiros, líderes del más grande cártel de droga en nuestro país y cuyos testimonios en la Corte de Nueva York tiene en problemas a empresarios, policías, militares, políticos y magistrados.

El coordinador general del PAC afirma que Marlene Alvarenga es una especie de agente que el Partido Nacional logró infiltrar con la misión de que destruyera este partido desde su interior.

Hasta los juzgados

La disputa entre Nasralla y Alvarenga ha pasado de las simples acusaciones y contraposiciones políticas a acusaciones serias por parte de ambos bandos.

A través de su constante campaña de desprestigio contra Nasralla, la señora Alvarenga ha dañado mucho más la imagen y situación del partido que la de su presidente. Nasralla es el padre y principal ideólogo del PAC, además de su figura más representativa y mediática, por tanto, toda acusación que melle su credibilidad ante el electorado, es también una mella importante para la propia imagen de la institución, pues buena parte de la militancia y simpatizantes del PAC han llegado al partido por la proyección y credibilidad que encuentran en el Señor de la televisión.

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Hasta hace unos meses, casi nadie parecía saber de la existencia de la señora Alvarenga, que apenas había sido mencionada hace un tiempo atrás por su pública idea de cambiar parte de la letra del Himno Nacional, particularmente el verso del solo que dice «serán muchos Honduras tus muertos, pero todos caerán con honor».

En su opinión, esa parte del himno debe ser cambiada, pues desde su visión y su fe cristiana está convencida que «lo que uno declara con su boca tiene poder y se cumple». Eso sí, no presentó la moción porque «hay problemas mucho más importantes y el Presidente del Congreso la hizo entrar en razón de que ese es un tema demasiado polémico y que no era el momento para discutirlo».

Quién es ella

Marlene Alvarenga nació en el Distrito Central a mediados de la década de 1980, es abogada de profesión egresada de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH), con una maestría en Recursos Humanos por la misma universidad. Según sus propias palabras, llegó al Partido Anticorrupción sin invitación de nadie, y fue gracias al impulso que le agregó a la institución que fue seleccionada como candidata a Diputada para las Elecciones Generales del 2013, resultando electa en el puesto número 18 de los 23 diputados electos por el departamento de Francisco Morazán.

Una vez convertida en Diputada, Alvarenga, por entonces una mujer de 29 años, mantuvo una actitud de constante desafío a las directrices emitidas por las autoridades de su propio partido, oponiéndose a mucha de ellas, y manifestándose de modos despectivos no sólo ante las decisiones, sino ante quienes las emiten. El problema parece ser más grave de lo que se presume.

Inicia el quiebre

El PAC incluso estuvo a punto de quedarse con el principal gobierno local de Honduras, después de Tegucigalpa, la capital. Se trata de la ciudad de San Pedro Sula, en el departamento de Cortés, donde al final, el conteo de actas no favoreció a su candidato (Guillermo Milla) y dio el triunfo al del Partido Nacional (Armando Calidonio).

El Partido Anticorrupción había logrado lo que otros nuevos y ahora viejos partidos como el PINU, la Democracia Cristiana y la izquierdista Unificación Democrática no habían logrado en años: permear el sistema político de partidos.

Con todas estas hazañas, la tendencia apuntaba a que el PAC iría en crecimiento y que, para este próximo proceso electoral de noviembre de 2017, Salvador Nasralla iba estar mejor posicionado y con mayores opciones de triunfo que en el pasado, pues tendría estructuras, plataforma programática y un buen desempeño parlamentario en el Congreso Nacional, entre otros aspectos.

Pero no fue así. El PAC empezó a ser víctima de su inmadurez, de estrategias erráticas, de discursos populistas cargados de autoritarismo y de las ambiciones de poder que terminan cegando a los políticos.

Nasralla, en un callejón sin salida

El Tribunal Supremo Electoral (TSE), el órgano que por ley rige la institucionalidad de los partidos políticos y el proceso eleccionario en un país, ha desconocido unas elecciones internas del PAC convocadas por Nasralla el 9 de abril por no cumplir una serie de requisitos. La facción de Nasralla desconoció al movimiento de Alvarenga quien apeló al Tribunal Electoral.

El TSE tras pláticas con Nasralla por más de un año para intentar darle institucionalidad a ese partido, vino tres meses después, a indicar que los movimientos de Marlene Alvarenga y de Walter Banegas—diputado y jefe de la bancada del PAC—estaban habilitados para participar en unos comicios internos del PAC que fijo para el 21 de mayo, cuatro días antes de la convocatoria a elecciones generales el 25 de mayo próximo.

Asimismo, en su resolución dio un plazo de 24 horas a Nasralla para que inscribiera su movimiento, de lo contrario quedaría fuera de las internas. Marlene Alvarenga participará con tres movimientos donde ella es la candidata por consenso, más el movimiento de Walter Banegas. Los espacios de negociación para Nasralla son nulos.

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Nasralla anunció que no acatará el ultimátum del TSE y anunció que se irá del PAC y se cobijará con su gente bajo la alianza de oposición de cara a las elecciones que construye con LIBRE y el PINU/SD. Ahí deberá buscar espacios para sus cuadros más leales y la negociación no será fácil, máxime si esos cupos los busca en LIBRE.

Así, el hombre inspirador de un partido que sorprendió a las elites políticas hondureñas, parece estar dispuesto a pasar la hoja y dejar ese partido a sus opositores al asegurar que ahora con Marlene Alvarenga que se perfila desde ya como la nueva presidenta y candidata presidencial del PAC, este instituto político quedará “reducido” como un “Partido Nacional en chiquito”.

Nasralla ha cuestionado al TSE y el accionar de sus funcionarios. En un último intento por retener el control del PAC se mandó a publicar, en la sección de Avisos del diario oficial La Gaceta, el resultado de los comicios que su facción realizó el 9 de abril, queriendo sorprender a la opinión pública al señalar que ello era legal.

Las autoridades de la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG) donde se imprime La Gaceta, así como del TSE aclararon que esa publicación salió en un apartado comercial, pero no tiene el sello oficial que se imprime a todos los hechos legales del tribunal electoral.

¿Muerte súbita?

El declive del PAC se ahonda cuando a lo interno han entrado también otras dos fuerzas internas que operan en silencio: la de los policías reestructurados de la Policía Nacional por la comisión depuradora. Dos fuerzas se vislumbran ahí, una es la del esposo de Marlene Alvarenga, el comisionado en retiro, Santos Rivera, primo de los integrantes del desarticulado cartel del narcotráfico de “Los Cachiros”.

La otra facción es la del comisionado también en retiro, Henry Osorto, que ha dicho públicamente que junto a otros compañeros de armas apoya la gestión de Salvador Nasralla, a quien asesoran en seguridad. Esas fuerzas outsiders dentro del propio PAC están también en el juego de la lucha del poder partidario.

La suerte del PAC parece estar echada y así como fue de súbito su surgimiento, puede ser también su debacle. Serán sus electores y seguidores quienes dictarán su suerte en los próximos comicios de noviembre.

En tanto, Salvador Nasralla tiene el desafío de ver cómo encaja “sin incomodar” en otro partido o en la Alianza, porque, aunque insiste en que sigue siendo el hombre fuerte del PAC, los sellos del partido ya no le pertenecen. Y en el juego de la legalidad, la institucionalidad y los papeles cuentan.

 

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