Las calles que Francisco «Paquito» Gaitán una vez se encargase de convertir en las que son, quizás, las más pintorescas de Honduras, hoy vieron cruzar a través de ellas a una multitud que portaba su féretro, bajo el resonar de campanas y sobre la indignación aún reciente por el crimen que le quitó la vida.
Gaitán, que por 16 años llevó las riendas del próspero y encantador municipio de San Juan de Flores, cuyo nombre en el ideario colectivo no es otro sino Cantarranas, fue asesinado la tarde del sábado 13 de noviembre por un hombre en estado de ebriedad que le disparó durante el evento de cierre de su campaña.
Hoy, vecinos, amigos, familiares y correligionarios asistieron al entierro de «Paquito» Gaitán, en una jornada de devoción católica y orgullo liberal, con las banderas de su partido haciendo un mosaico rojiblanco coronado por la gran bandera que cubría su ataúd.
«Mi amigo, mi ejemplo, lloro profundamente tu partida, pero tu legado vive con nosotros y en nombre del pueblo de Cantarranas vamos a seguir cumpliendo con tu deseo de desarrollo.», escribió en una publicación Marco Guzmán, su amigo cercano y ahora sucesor político.
Los vítores que repetían su afectuoso sobrenombre fueron la forma de despedirse definitivamente de él por parte de los ciudadanos, que siguen reclamando justicia por una muerte que hace más difuso el concepto del proceso electoral como una fiesta cívica.
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El titular de la DPI, Rommel Martínez, señaló que el individuo detenido sería solamente el autor material del fatídico suceso.
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