Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas(INE), los «ninis» en Honduras, representan el 30.5% de la jóvenes hondureños, que están fuera del sistema laboral y educativo.
Los «ninis» en Honduras, son los jóvenes que ni trabajan ni estudian; según datos proporcionados por el INE, cerca de 1 millón de personas entre 12 y 30 años no cuentan con un empleo, ni tampoco están matriculados en algún centro educativo.
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Este preocupante fenómeno, afecta al 30.5% de los 3.190.139 jóvenes del país, reflejando la cruda realidad de una generación que lucha por integrarse al mercado laboral en un contexto de carencia de oportunidades educativas y laborales, especialmente en las zonas rurales.
Esta información según declaraciones de, Jorge Valladares, director del proyecto Futuros Brillantes de la organización Visión Mundial, a la agencia EFE.
«Esta es una de las cifras más significativas de lo que significa la vulnerabilidad social y ser niño y adolescente en un país en desarrollo», expresó Valladares.
La falta de oportunidades ha llevado a muchos jóvenes a enfrentarse a decisiones difíciles, como migrar en busca de mejores oportunidades o caer en las redes del crimen organizado.
Los datos reflejan que las mujeres representan el 72%, lo que podría vincularse con la discriminación y la desigualdad de genero en el mercado laboral; al no tener acceso a la educación y empleo, las jóvenes son mas propensas a embarazos tempranos.
Esta situación no solo expone a la juventud a riesgos como consumo de drogas y embarazos adolescentes, sino que también perpetúa un ciclo de pobreza y exclusión social.
Los ninis y el covid
Según Valladares, este problema no es nuevo y ha persistido durante años, incluso antes de la pandemia de COVID-19, que ha agravado aún más la situación al retroceder al país en términos de desarrollo.
Lizeth Coello, ministra de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de Honduras (SENAF), reconoció la magnitud del problema, resaltando los esfuerzos del gobierno para encontrar soluciones y atraer a esta población al sistema educativo y laboral.
La falta de oportunidades no solo priva a estos jóvenes de un futuro prometedor, sino que también representa una pérdida significativa de un capital humano para el país.
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