Una de las drogas más severas, adictivas y mortales que se ha popularizado en los últimos años es el fentanilo.
Se trata de un opioide sintético que surge como una alternativa cien veces más potente que la morfina para controlar el dolor durante procedimientos quirúrgicos, sin embargo, ha tomado relevancia por su fabricación ilegal que se vende como droga callejera, a menudo mezclándola con otras sustancias para aumentar su adicción y reducir el costo.
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Mientras su versión farmacéutica suele administrarse a través de inyecciones, pastillas, tabletas o parches transdérmicos por médicos con permisos especiales para recetarlo, el fentanilo ilegal se comercializa en polvo, pastillas, en forma líquida dentro de goteros o en gotas aplicadas sobre papel.
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¿Cuáles son sus efectos?
El viaje del fentanilo en el cuerpo humano comienza inmediatamente después de su aplicación, sus efectos hacen que el portador tenga los conocidos subidones, además de sensaciones como somnolencia, náuseas, vómitos y retención de orina, respiración lenta e incluso la muerte.
Si las dosis terapéuticas de fentanilo farmacéutico modulan la respuesta al dolor y disminuyen la actividad de las células nerviosas, las dosis elevadas a un nivel tóxico provocan la interrupción de funciones motoras clave en el organismo, especialmente las involucradas en la respiración.
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El fentanilo es altamente adictivo. Si alguien trata de dejar de usarlo, a menudo desarrolla síntomas de abstinencia, como sensación de pánico, insomnio, escalofríos y sudores fuertes, dolor muscular, calambres estomacales, náuseas, vómitos y diarrea.
Crisis de salud
Esta droga fue la gran protagonista de la crisis de opioides en Estados Unidos, un problema de salud pública sin precedentes que en 2021 provocó más de 107 mil decesos por abuso de sustancias, de acuerdo con cifras de los Centro de Control y Prevención de Enfermedades.
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