Muchas de las casas son de bloque y sus techos de zinc.
Dramáticos momentos vivieron la mañana de este jueves 1 de junio los residentes de la colonia Santa Isabel de La Lima, localizada frente a la entrada de la colonia Planeta, quienes están siendo desalojados por la Policía Nacional, al tiempo que un pesado tractor cumple con la orden de un juez ejecutor y destruye las viviendas de la zona en litigio.
La abogada Glenda Cruz, apoderada legal de las 50 familias que desde hace más de cinco años se instalaron en la referida colonia, pidió la solidaridad de los medios de comunicación para que impidieran la acción judicial, sin embargo, nada se ha podido hacer.
Cabe destacar que la apoderada de los afectados trató de impedir la acción parándose frente al tractor, pero fue retirada por efectivos de la policía.
Conmovida y a punto de llorar, aseguró que el desalojo era ilegal ya que cuentan con la debida documentación para que la acción no se ejecutara, pero el juez ejecutor se negó a recibir los escritos. Lo que están haciendo es una injusticia y un delito, no entiendo porqué no admiten los recursos que intento presentar», señaló.
Afirmó que el acto viola el debido proceso y los derechos humanos.
Aunque el desalojo ya había sido notificado, los vecinos aún mantenían sus pertenecías dentro de sus casas, muchas de ellas hechas de cemento, con la esperanza de que a última hora se revirtiera la orden.
Algunos de los residentes manifestaron que habían comprado sus terrenos de buena fe, a una persona que finalmente resultó ser un estafador.
Cuando se inició la operación, algunos de los vecinos no soportaron ver el momento en que la máquina destruía las viviendas que con tanto sacrificio habían edificado, por lo que mostraron resistencia a la autoridad y diez de ellos fueron detenidos.
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La pastora Betty Reyes, de la iglesia Cristo de Santidad de la colonia, aclaró que el asentamiento no es una invasión, ya que todos compraron y recibieron escrituras, como cualquier lotificación, pero la cooperativa que les vendió no era dueña del terreno de cinco manzanas en el que construyeron sus casas.
“Este es un inmenso dolor para nosotros. Estamos quedando en la calle de la noche a la mañana. Nos están sacando de nuestros hogares, de las casas que hicimos en terrenos que siempre consideramos como nuestras”, afirmó.
Algunos de los afectados afirmaron que, en vista de que no tienen un lugar hacia dónde mudarse, no les queda otra alternativa que ir a buscar un lugar a los bordos, donde exponen a sus familiares a todo tipo de riesgos.
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