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La Era Trump: 100 días que han cambiado al mundo

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El mandatario estadounidense cumple este sábado 100 días de gobierno, en lo que para muchos implica tres meses de trabajo incompleto, escándalos, muchos tuits y metidas de pata.

Donald Trump llegó a la Casa Blanca como una alternativa, pero, hasta el momento, no ha cambiado nada; de hecho, el ‘establishment’ (clase dominante) no le deja gobernar y el mandatario se deja influir.

Aunque quería ser diferente en muchos apartados, solo ha supuesto un cambio en los niveles de aprobación: en esta simbólica cifra de 100 días, es el presidente de Estados Unidos con la valoración popular más baja en medio siglo.

Una persona fácil de influenciar

Ese ‘mérito’ de Trump se debe a la oposición judicial a sus iniciativas, las protestas populares, el rechazo de la comunidad inmigrante o, en definitiva, a que no ha cumplido la gran mayoría de lo que prometió.

Sin embargo, aún emplea Twitter para hablar de enemigos y presuntas conspiraciones y considera que no ha podido cumplir con sus promesas porque se ha rodeado de un equipo que le ha dicho: «Todo eso que pretendes es imposible».

«Sus retoricas de campaña eran fuera de lo común y, ahora que es presidente, sus políticas también», por eso «el Congreso trata de controlarlo cuando se sale de esa perspectiva», opina el estratega del Partido Republicano, Luis Alvarado.

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Por su parte, su colega demócrata Luis Monte considera que «hasta la fecha, sigue siendo un enigma hacia dónde va a llevar al país con sus iniciativas». Eso sí, ambos especialistas coinciden en que Trump «puede ser fácilmente influenciando para cambiar su posición».

Los estadounidenses votaron por el magnate neoyorkino porque ofreció cambios radicales, pero poco después de asumir su cargo lanzó bombas en Afganistán y en Siria y sembró el pánico con las tensiones con Corea del Norte.

«Ha demostrado que no ha demostrado nada»

Una de las promesas que marcó la campaña electoral y los primeros días de mandato de Donald Trump fue ‘el muro de la discordia’. No obstante, su ‘propuesta estrella’ sufrió un mazazo y la tuvo que retirar del Congreso de EE.UU. Fue otro golpe a su programa de medidas antiinmigración, que se sumó al veto de ingreso de ciudadanos de algunos países de mayoría musulmana, que los jueces federales de su país «le han tirado por tierra una y otra vez».

Trump ha tenido 100 días para demostrar que no ha demostrado nada, que le queda mucho por hacer frente a las presiones y que sus promesas de campaña no son tan fáciles de realizar. En definitiva, todos esperan, incluidos los hondureños, que el actual inquilino de la Casa Blanca no cometa los mismos errores que aquellos a los que tanto criticó.

Creí que todo sería más fácil

El presidente estadounidense, al reflexionar sobre sus primeros 100 días en la Casa Blanca, se mostró sincero y afirmó que amaba su vida anterior, que ahora tiene más trabajo que antes y que creía que todo sería más fácil

«Amaba mi vida anterior. Tenía tantas cosas», dijo Trump en una entrevista. «Ahora tengo más trabajo que en mi vida anterior. Pensé que iba a ser más fácil», argumentó.

En esa misma entrevista, lanzó una nueva advertencia sobre Corea del Norte, al indicar que es posible que se produzca un «gran, gran conflicto» con el país comunista en el marco de la disputa por su programa nuclear y de misiles balísticos.

El magnate también defendió el plan de reforma fiscal ante las críticas de que aumentaría el déficit de Estados Unidos, y dijo que unos mejores acuerdos comerciales y un mayor crecimiento económico compensarán los costos.

Ni un viaje al extranjero

Donald Trump es el primer presidente de Estados Unidos en décadas que no ha viajado al exterior en sus primeros 100 días de gobierno.

Su lema «America First» (Estados Unidos primero) se traduce aquí en una agenda exterior más contenida que la de sus predecesores, sobre todo Barack Obama, que en este tiempo había visitado ya nueve países, entre ellos México, Reino Unido, Francia, Alemania, Turquía e Irak.

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El demócrata se propuso cambiar la imagen negativa de Estados Unidos en el mundo y ejerció la diplomacia directa y personal para ello.

Trump, sin embargo, considera que sirve más a su propósito ser él quien recibe a líderes internacionales en la Casa Blanca, símbolo del poder estadounidense, según la cadena CNN. En campaña ya dijo que no saldría mucho para priorizar los asuntos nacionales.

Su primer viaje al exterior será en mayo, cuando vaya a Italia a la cumbre del G-7. Ese mismo mes se lo espera en Bruselas para la cumbre de la OTAN. En julio viajará a Alemania para la del G-20.

Batalla para cumplir sus promesas

El presidente de Estados Unidos se ha quedado hasta ahora en agresivas y audaces promesas.

Ya se trate de las prácticas comerciales de China, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que ha calificado de «desastre», o las acciones desestabilizadoras de Irán, Trump ha mantenido gran parte de su agresiva retórica de campaña.

Pero cuando se trata de ponerla en práctica, al menos en sus primeros 100 días de gobierno, Trump se ha quedado corto, e incluso a veces cambió bruscamente su posición cuando tuvo la oportunidad de cumplir lo prometido.

Después de meses criticando el TLCAN, algunos de los principales colaboradores de Trump señalaron el miércoles que EE.UU. podría retirarse del acuerdo por completo en los próximos días.

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Horas después, Trump habló por teléfono con los líderes de Canadá y México y acordaron renegociar el pacto.

Pero la decisión de Trump de desviarse de su promesa de retirarse del TLCAN también marca el grado en que Trump está enfrentando las realidades de gobernar.

La decisión de Trump de no retirarse del acuerdo comercial se produjo después de consultar a miembros de su gabinete, así como de negocios y a líderes del Congreso, dijo el jueves un alto funcionario de la Casa Blanca.

 

 

Trump no solo es el primer presidente que nunca ha servido en el gobierno o en el Ejército, sino que llegó a la Casa Blanca con promesas que incluso muchos en su propio partido descartaron por poco realista.La tarea de hacer esas promesas realidad, unida a su falta de experiencia en Washington, ha dejado a Trump con pocas opciones de ir más allá de la retórica, mientras lucha entre bastidores en las maneras de convertir esas ideas en política.

Doloroso inicio

Pero Trump y su Casa Blanca no llegaron a conocer las limitaciones de su mandato y las realidades de gobernar hasta las magulladuras de las primeras semanas de su presidencia.

La meticulosa revisión de los funcionarios de la Casa Blanca del lenguaje en un posible decreto sobre el TLCAN siguió a uno de sus primeros tropiezos, cuando ávidamente buscaron implementar otra de las grandes promesas de campaña de Trump: el veto de entrada a EE.UU. a algunos países de mayoría musulmana, considerados «propensos al terrorismo».

La salva inicial sobre esta prohibición se produjo a pocos días de la toma de posesión, y con poca consulta a los organismos gubernamentales que normalmente eran consultados. El resultado fue el caos en los aeropuertos de todo el mundo y la detención de musulmanes poseedores de visas válidas y green cards -incluso para permanecer en EE.UU.- en los aeropuertos estadounidenses.

Trump también ha experimentado otra gran derrota en su intento de cumplir su central promesa de campaña de derogar y sustituir el Obamacare. en medio de desacuerdos entre las facciones enfrentadas del Partido Republicano. En medio de su búsqueda de un nuevo proyecto de ley, Trump no pudo contribuir a salvar las diferencias de las distintas facciones del Partido Republicano y se vio obligado a aceptar la derrota, cancelando una votación prevista en el pleno de la Cámara.

Su único logro

Que antes de que se cumplieran sus primeros 100 días de gobierno logró elegir al nuevo Juez de la Corte Suprema, lo cual nunca se había podido nominar y confirmar antes de ese tiempo.

Después del ruido que produjo la propuesta del magistrado Neil M. Gorsuch para ocupar la vacante del fallecido Antonin Scalia en la Corte Suprema de Justicia de esa nación, se ha materializado dicha propuesta y hoy el alto tribunal ha completado su nómina.

Neil Gorsuch prestó juramento como nuevo magistrado de la Corte el pasado lunes 10 de abril, en un paso que vuelve a inclinar la balanza de ese tribunal en favor de las posiciones más conservadoras.

Considerado un juez conservador y brillante, Neil Gorsuch es un firme defensor de los llamados ‘valores familiares’, un estricto intérprete de la Constitución y un convencido de la necesidad de preservar el papel de la religión en la sociedad estadounidense.

Le falta equipo

Es el gobierno con MENOR asignación de recursos (personas) a puestos del Estado, en la historia. Su administración no tiene siquiera un Sub-secretario de Estado. Faltan cientos puestos por llenar, lo cual no permite que el gobierno opere con la eficiencia y prontitud con la que los estadounidenses estaban acostumbrados.

Donald Trump prometió durante la campaña electoral que, de llegar a la Casa Blanca, gestionaría el país igual que sus negocios. Todavía no se sabe cómo impregnará de práctica empresarial su presidencia de EE.UU., pero la configuración de su Gabinete muestra que tratará de ser fiel a la promesa: dominan los millonarios, los líderes de multinacionales y los ejecutivos de Wall Street, mientras que perfiles con amplia experiencia de servicio público son minoría. De alguna manera, su Gabinete es una versión grupal de sí mismo.

En conclusión…

El planeta ha descubierto que la doctrina Trump no existe: bajo su mandato, el universo se levanta cada día con leyes nuevas y lo único previsible es su imprevisibilidad.

 

 

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