¡Vaya desafío! Deja de ver este proceso como una tortura medieval y embárcate tú también en este viaje de la pérdida de peso
Ya paso de moda eso de contar calorías. Medir el aporte nutricional de los alimentos a través de la cantidad de calorías que nos brindan es grave (pero un común) error. Claro que muchos alimentos saludables nos aportan muy pocas calorías, esto no significa que un alimento alto calórico no lo sea. Por ejemplo: el aguacate.
Esto nos revela que son las propiedades nutricionales las que benefician o no al cuerpo. Perfectamente bien podrías comer papas fritas todos los días y aun así perder peso, aunque el nivel nutricional sería muy dañino. En resumen, el consumir pocas calorías te dará más hambre y terminaras comiendo mucho más de la cuenta.
Al igual que contar calorías paso de moda, también ya quedo atrás la errada creencia de que las grasas con el mismísimo sinónimo de engordar. Las grasas son esenciales para nuestra nutrición diaria. Hay diferentes tipos de grasas: las buenas y las malas para el organismo.
De las “malas” (que son grasas saturadas y trans) puedes mantenerte totalmente alejado. Entre ellas encuentras: la mantequilla, los embutidos, la leche entera y sus derivados, etc. En cambio las “buenas” (grasas mono saturadas) son necesario para el óptimo funcionamiento de nuestro cuerpo y estas, si o si debes incluidas en tu plan alimenticio. Estas son: el aguacate, el aceite de oliva, el salmón entre otros.
En lugar de limitarte con la comida, lo recomendable es que reduzcas las porciones sin preocuparte tanto por los ingredientes, porque si eliminas un alimento que te gusta mucho, a la hora de comerlo va estar difícil controlarte.
Algunas personas ante la desesperación y la ansiedad se someten a dietas extremas y rutinas de ejercicio interminables. De esta manera, lo único que logran es dañar el cuerpo y agotar la mente. La clave está en no perder el equilibrio.
¿Usted qué opina?