¿Eres del tipo de persona que no puede imaginar comenzar el día sin cafeína? Sigue leyendo, esta información es de tú interés…

El café tiene muchos beneficios para tu cuerpo. Sin embargo, su consumo debe ser de manera limitada, ya que a pesar de ser un estimulante para el sistema nervioso, también podría deshidratarte.

Consumir demasiado de manera frecuente podría incrementar un sin número de efectos metabólicos en el cuerpo, como elevada presión arterial, fatiga e incluso problemas digestivos.

Entonces, ¿cómo puedo cuidar mi consumo de café?

Primero, hidrátate antes de tomar café

Sabemos que por las mañanas lo más rápido es tomar tu taza de café para el camino. Sin embargo, lo primero y más importante es hidratar tu cuerpo. Una taza de agua tibia con limón despertará tu sistema digestivo y eliminará las toxinas acumuladas en tu cuerpo.

Segundo, elige bien tu café

Si es posible, compra una opción orgánica. Lo ideal es que consumas un café que no esté tan procesado, y que no sea tan ácido para tu cuerpo.

Tercero, la mejor manera es consumirlo sólo

Añadir azúcar refinada o procesada y láctea le quita esencia al café. La mejor opción para consumirlo es al estilo americano, o como lo conocemos nosotros café negro.

Ahora, si eres súper fan del café y quieres reducir el consumo del mismo, estas tres alternativas te ayudarán.

Latte de diente de león

Las pequeñas flores amarillas que todos aman cortar de sus jardines tienen muchos beneficios para ti. Toda la planta se puede usar, y si se hace en té tiene un sabor sorprendentemente similar al café. Son buenos para tu sistema digestivo y estimulan la producción de bilis.

INGREDIENTES

1 taza de té de diente de león

¼ taza de leche de coco

1 cucharada de aceite de coco

(opcional) puede endulzar con miel o stevia

Elixir de oro puro

Si no has incluido aún la cúrcuma a tu dieta, esta podría ser una excelente manera para hacerlo. Esta especia es un excelente anti inflamatorio y ha sido utilizada por años como remedio para curar múltiples males.

INGREDIENTES

1 taza de leche de coco o de almendra

1 cucharada de aceite de coco

1 cucharada de miel

½ cucharada de polvo de cúrcuma

¼ de jengibre fresco

¼ de canela

1 pizca de pimienta negra

1 pizca de sal de mar