Conozca la fascinante historia de Hugh Herr, el ingeniero que luego de sufrir la amputación de sus dos extremidades, construyó las que serían sus «nuevas piernas» convirtiéndose en el primer hombre biónico con piernas robóticas.
Este avance revolucionario surgió tras una experiencia vivida por el propio inventor. Esta es su historia:
En enero de 1982, con solo 17 años, Herr se encontraba escalando el Monte Washington, cuando él y su compañero se vieron sorprendidos por una tormenta de nieve y tuvieron que permanecer tres días en la montaña, expuestos a temperaturas cerca de los treinta grados bajo cero.
Cuando finalmente fueron rescatados, las lesiones por congelación que presentaba Herr eran tan graves que los médicos no tuvieron más remedio que amputar ambas piernas por debajo de la rodilla y le proporcionaron unas prótesis durante la etapa de recuperación. Pero fue la calidad insuficiente de las mismas, lo que impulsó a este genio a utilizar su talento y conocimiento para mejorar la vida de todas aquellas personas que, como él, se ven obligadas a vivir sin alguna de sus extremidades.
Poco después de su accidente comenzó a investigar, decidido a crear para sí mismo unas “nuevas piernas” que le permitiesen dedicarse a su pasión de escalar nuevamente. Tal fue su empeño que, tras unos meses de rehabilitación, estaba de nuevo subiendo montañas utilizando las prótesis que él mismo había diseñado.
¿Cómo funciona esta tecnología?
La biomecatrónica es una rama de la ingeniería biomecánica que combina la robótica con los campos de la biología y la neurociencia, buscando aplicaciones terapéuticas para pacientes que han sufrido amputaciones. El equipo de Herr crea prótesis biónicas que imitan los movimientos naturales de las extremidades humanas, denominadas BiOM. Hasta ahora han conseguido crear prótesis de rodilla y de tobillo y pie.
Esta tecnología no solo reemplaza las funciones motoras de músculos y tendones, sino que facilita el desplazamiento del paciente, proporcionándole impulso y estabilidad. Esto supone una gran ventaja, ya que generalmente las prótesis tradicionales resultan incómodas y dolorosas, y muchas personas encuentran dificultades a la hora de subir rampas o escaleras.
¿Usted qué opina?