Netflix ha estrenado un impactante documental en el que los hermanos Menéndez relatan en primera persona los acontecimientos que llevaron a la trágica muerte de sus padres en 1989.
El reciente estreno de la serie «Monstruos», que narra la vida de los hermanos Menéndez, ha generado un sentimiento de descontento entre Lyle y Erik, quienes cumplen cadena perpetua en una prisión de California.
A pesar de que su historia ha capturado la atención del público durante años, ellos afirman que la serie, creada por Ryan Murphy y disponible en Netflix, presenta una versión engañosa de los hechos.

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Historia de los Hermanos Menéndez
La familia Menéndez, compuesta por José Menéndez, un exitoso empresario cubanoamericano, y su esposa María “Kitty” Menéndez, se miraban como un ejemplo de éxito en el mundo del entretenimiento.
Juntos, criaron a sus hijos, Joseph Lyle, nacido el 10 de enero de 1968, y Erik Galen, el 27 de noviembre de 1970, en un entorno acomodado en Princeton, Nueva Jersey. En 1987, la familia se trasladó a California tras la contratación de José en la productora Carolco.
Una vez establecidos en su nuevo hogar, los caminos de los hermanos tomaron diferentes rumbos. Erik asistió a un instituto en Calabasas, mientras que Lyle, quien había ingresado a la Universidad de Princeton, enfrentó desafíos académicos que culminaron en su salida de la universidad por cuestiones de conducta.
Aunque en las portadas de revistas la familia aparecía unida y feliz, detrás de esa imagen se ocultaba una realidad compleja. Los hijos de la pareja han compartido que sufrieron experiencias difíciles que afectaron profundamente su bienestar emocional. Según ellos, vivieron situaciones que marcaron su infancia y que, finalmente, los llevaron a tomar decisiones drásticas.
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La noche del 20 de agosto de 1989, los esposos se disponían a ver una película de James Bond en su mansión de Beverly Hills. Sin embargo, en un giro inesperado, sus hijos regresaron a casa con la intención de actuar.

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En un momento de gran tensión, se produjo un desenlace trágico que cambiaría sus vidas para siempre. Después de los hechos, los hermanos se presentaron como muy angustiados y llamaron al 911 en un intento por solicitar ayuda.
En los meses siguientes, la vida de Lyle y Erik tomó un rumbo sorprendente. Comenzaron a disfrutar de lujos inesperados, lo que despertó la atención de las autoridades. Compraron artículos costosos, como un reloj Rolex y un Porsche, además de mudarse a lujosos apartamentos y viajar por el mundo.
Lea También: «Era su esclavo» El espeluznante testimonio de una víctima de Puff Daddy, del que nadie esta hablandoSu estilo de vida opulento generó sospechas entre los investigadores, quienes comenzaron a cuestionar su papel en los trágicos eventos que llevaron a la muerte de sus padres.

A medida que avanzaban las investigaciones, los hermanos se consideraron sospechosos. Durante el primer juicio en 1993, argumentaron que sus acciones fueron impulsadas por un deseo de protegerse, tras haber soportado situaciones difíciles en su hogar. Lyle y Erik relataron experiencias desgarradoras que, según ellos, comenzaron en su infancia.
Erik compartió en una entrevista que la relación con su padre era complicada, describiéndola como dolorosa y tumultuosa, a pesar de que también lo admiraba por su fortaleza. Su historia ha resonado a lo largo de los años, generando un debate sobre las realidades de su vida familiar y el contexto que rodeó sus decisiones.
