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Sor María Rosa y su legado que vivirá por siempre en el corazón de los hondureños

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La hermana religiosa franciscana hondureña, Sor María Rosa Leggol, fue llamada por muchos años la «madre Teresa de Honduras» y no por nada, durante décadas realizó labores en nombre de los más desfavorecidos del país.

Sor María Rosa nació el 21 de Noviembre de 1926, en el seno de una familia integrada por una madre hondureña, y un padre franco-canadiense.

Aunque venció al COVID-19, quedó muy delicada de salud debido a su avanzada edad(93 años), y este viernes falleció en la capital dejando un legado inigualable.

Su vida y sus inicios

Vivió en un hogar para niños desde muy joven, lugar en el que creció y donde a la edad de seis años se encontró con dos hermanas de la escuela de San Francisco que fueron su primer ejemplo.

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Según contaba, nunca había visto (debido a su edad) a mujeres religiosas a lo que le preguntó a un sacerdote sobre la labor religiosa que realizaban.

Sor María Rosa la "madre Teresa" de Honduras y su gran labor durante tantos años

La idea de «la vida consagrada» y sus intenciones de colaborar con los menos afortunados terminaron por determinar en ella la vida que quería seguir.

Su labor social

Una vez que Sor María Rosa fue integrada dentro de la orden Franciscana, fue asignada a trabajar en un hospital de Tegucigalpa, siendo la encargada nocturna, y desarrollando una reputación de cuidadora comprometida con los enfermos.

Sor María Rosa la "madre Teresa" de Honduras y su gran labor durante tantos años

Sin embargo, y debido a su pasado como huérfana, sentía una especial necesidad de atender a los niños pobres de la capital, más que nada a los niños a los que sus padres fueron encarcelados.

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Familias enteras iban a prisión, y los infantes eran los principales perjudicados, ya que al quedar solos, quedaban sin educación y expuestos a todo tipo de abusos.

Es así como en el año de 1960, Leggol, organizó un conjunto de casas hogares para niños abandonados y desfavorecidos de todo el país. fundó la «Sociedad Amigos de los Niños» (SAN).

Todo comenzó como un sueño, seguía trabajando en el hospital donde fue asignada y utilizaba su tiempo libre para buscar un hogar donde cuidar de estos.

Cabe recalcar que fue ella misma la que buscó la financiación por medio de ayudas económicas internacionales.

Tuvo hasta el valor según cuentan, para detener un vuelo internacional en el que se dirigía uno de estos empresarios que iban a ayudarla con la financiación de los hogares.

Se paro frente al avión e hizo que el hombre de negocios se bajara para firmar unos formularios que necesitaba para poder conseguir la ayuda monetaria que necesitaba.

Desde entonces «SAN» se encargó de brindarle una oportunidad a miles de niños olvidados por la sociedad, necesitados de protección, y de amor.

La Sociedad Amigos de los Niños

Sor María Rosa la "madre Teresa" de Honduras y su gran labor durante tantos años

Sor María Rosa acogió al primer grupo de jóvenes en 1964, sin embargo, la Sociedad Amigos de los Niños (SAN) fue formada por ella misma dos años después.

La casa hogar brindaba refugio y seguridad a los pequeños en estado vulnerable del país, aquellos que fueran maltratados o abandonados por sus familias.

Leggol se haría famosa nacionalmente por las casas de protección a infantes y rápidamente se vería inundada de niños rescatados de las calles que buscaban una cama y una comida caliente.

Actualmente la ayuda se logra por medio de un mayor número de hogares que albergan aproximadamente a 160 chicos, escuelas, un hospital y un centro de capacitación agrícola para adolescentes.

Su colaboración en el huracán «Fifi»

Durante el paso del devastador huracán «Fifi» en la década de 1970, Sor María Rosa junto a sus colaboradores realizarían una labor de evacuación a personas en zonas de riesgo.

Ellos iban de casa en casa rescatando a las familias en peligro y las llevaban a refugios de ayuda donde eran puestos a salvo.

Se cuenta que Leggol fue la única en escuchar el llanto de un niño, nadó de casa en casa hasta encontrar a un bebé dormido y flotando en las aguas de la inundación, puso en riesgo su propia vida para salvar la de una pequeña alma en riesgo.

El legado que deja una gran mujer

Este viernes falleció a los 93 años la infatigable Sor María Rosa, que tras superar su padecimiento por COVID-19, quedó muy delicada de salud y en las últimas semanas su situación empeoró

Por décadas dio su vida a causas justas y nobles, brindó hogar a los más necesitados y un brazo amigo a los damnificados.

Su labor social quedará marcada por siempre, en el corazón de muchos hondureños a los que les dio refugio y condiciones dignas para vivir.

La «Madre Teresa hondureña» logró formar integralmente a miles de niños por más de 60 años, una labor encomiable que quedará grabada en la historia de los verdaderos héroes de Honduras.

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