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Sin judicatura y sin Google: recuento de una mala jornada para Gamboa

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El caso del ahora exmagistrado, Celso Gamboa, pasará a la historia como uno de los más sonados, quizá el más, de entre los jueces de la Corte Suprema de Justicia, acusados de no cumplir a cabalidad con sus funciones y la probidad que se les exige.

Este martes, su último con el título de juez, pasará también a la historia por la cantidad de incidencias que se dieron alrededor de su destitución, que, aunque pocas, de gran calado y que de seguro, persistirán en la memoria de varios, que, obstinados en la labor de fiscalizar el accionar de jerarcas y políticos, recordarán lo hecho por diputados, jueces y empresarios.

Sin embargo en definitiva, el último «pecado» del señor Gamboa fue sus misivas a los legisladores para que se ausentaran al Plenario a la hora de decidir si continuaba o no con sus magistratura, asegurando, que él mismo renunciaría a su cargo el 30 de abril y que solo no quería salir por la puerta de atrás.

Dijo, por medio de Whatsapp enviado a Marcela Guerrero, que Google le había ofrecido hacerse cargo de la seguridad de la empres apara México y Centroamérica, por lo que no quería acabar mal.

Lastimosamente, esto parece añadirse a la lista de faltas a la verdad que se le recrimina desde hace meses en que su nombre salió a relucir en el famoso caso del «cementazo»,

Giovanni Stella, gerente regional de Google, desmintió a través de un tweet que el gigante de Internet haya contactado a Gambo y que incluso esté disponible el puesto de jefe de seguridad.

Esa, la última acción de Gamboa en aras de mantener su poderoso y rentable puesto, fue la más sonada y posiblemente la que será internacionalizada con más facilidad (mentir usando a Google no es poca cosa), pero no la única.

Pues justamente ella lleva el hilo conductor del resto de escenas en el cierre de este capítulo, las correspondientes a los diputados, que si no fuera por lo escandaloso y mediático de este caso, de seguro que el resultado hubiera sido distinto.

38 votos se necesitaban para destituir a Gamboa, 39 se consiguieron, pero tras horas de sesión en la que se intentó dilatar todo lo posible la decisión. 16 legisladores simplemente no se presentaron y dos se abstuvieron de votar.

Es decir, una tercera parte del Primer Poder de la República consideró que tenía cosas más importantes que hacer, antes que ver el caso del magistrado Celso Gamboa, al cual esta misma Asamblea Legislativa había colocado en su puesto, un par de años antes.

Si no hubiera sido por la votación nominal (pública) de seguro que algunos Padres de la Patria habrían optado por votar porque Gamboa se quedara.

No obstante, la excusa de los dos que se abstuvieron de decidir, Otto Guevara del Movimiento Libertario y Aracelly Segura del Liberación Nacional, también se agrega a este último espectáculo, pues fue la misma amenaza que usó el propio gamboa la tarde del lunes, que no queriendo él, se vería obligado a demandar al Estado por despedirlo de forma injustificada, causando daño de millones para el erario.

Tanto Segura como Guevara exhibieron el mismo argumento, para no apoyar la destitución, sin embargo no dejaron plasmada su posición en el papel y prefirieron que la historia los recuerde como abstencionistas.

Semanas antes, cuando se trataba de la suspensión de la inmunidad, Gamboa dijo que era mejor que los diputados se la retiraran, para poder demostrar su inocencia. Ahora que no es más parte del Poder Judicial, podrá defender su inocencia como el resto de los habitantes.

El tiempo y el sistema judicial será el que diga quién  tiene la razón.

 

 

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