ACTUALIZACIÓN.-
El recién inaugurado módulo en Támara se regirá bajo estrictos controles tanto para reos como para visitantes.
Requisitos para visitantes de reos en recién inaugurado Pozo III
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El módulo de máxima seguridad construido en el valle de Támara, Francisco Morazán, es la nueva pesadilla de criminales de alto perfil que han llegado trasladados de otros centros penales donde antes estaban “a sus anchas”.
Aquí no hay privilegios para nadie aseguran las autoridades. En las celdas de dos metros cuadrados apenas caben dos colchonetas sobre una plancha de cemento, un sanitario y un lavamanos.
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Para llegar a este lugar hay que pasar tres anillos de seguridad. Una vez en la posta, un militar recibe a las visitas y las pasa al ingreso general de la prisión para la revisión.
Luego, para llegar a donde están “los toros” -los cabecillas de maras y pandillas- hay que pasar cinco pesadas puertas que abren con una única llave.
Las cámaras de vigilancia están ubicadas estratégicamente para no dejar puntos ciegos en El Pozo III. Además, cuenta con un sistema de revisión para visitantes capaz de detectar si alguien pretende ingresar droga u otro objeto al recinto.
Los requisitos para que familiares de los reos puedan visitarlos en esta cárcel de máxima seguridad, se han vuelto más rigurosos. Para ello necesitan:
- Copia de la tarjeta de identidad
- Constancia de vecindad
- Constancia de antecedentes penales vigentes
- Constancia de antecedentes policiales vigentes
- Tres fotografías recientes tamaño carnet
- Tres referencias personales que incluyan número de teléfono
- Certificación de matrimonio en caso de ser casados o declaración jurada autenticada por un notario cuando se trate de unión libre
- Nombre de la persona privada de libertad
- Si lleva niños visitantes, presentar certificado de nacimiento y tres fotografías tamaño carnet
Una vez que los familiares presenten esta documentación, la misma será sometida a una investigación por parte de las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario y hasta comprobar su autenticidad se emitirá un carnet de uso personal e intransferible que les permitirá el ingreso.
Dato
Fue en 16 de septiembre de 2016 que el gobierno inició la Operación Arpía con el fin de descongestionar los centros penales, arrancando con el traslado de 37 cabecillas de maras y pandillas a la cárcel de Ilama, Santa Bárbara, conocida como El Pozo I.
A partir de entonces, los traslados de reos a El Pozo y La Tolva se hicieron algo frecuente y cada vez más grandes, hasta terminar con el movimiento más grande de la Operación Arpía el pasado 13 de octubre, cuando trasladaron a los últimos 941 presos del centro penal de San Pedro Sula.
17 de octubre de 2017
EL POZO III EN TÁMARA: “Es peor que estar en El Pozo I y II”
Este módulo especial, recién reconstruido, será el nuevo destino de delincuentes altamente peligrosos.
Un recorrido por «El Pozo III» el nuevo módulo de máxima seguridad en Támara.
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Mientras el antiguo Centro Penal de San Pedro Sula, una de las escuelas del crimen, cierra sus puertas para siempre, El Pozo III abre las suyas para recibir a individuos de alto perfil delictivo.
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La nueva cárcel de máxima seguridad ubicada en Támara, bautizada como “El Pozo III”, se convirtió desde el pasado jueves, en el destino de peligrosos cabecillas del crimen organizado.
Aquí es donde muy pronto cumplirán sus condenas quienes ordenaban asesinatos, secuestros, robos, extorsiones y crímenes de alto impacto desde los antiguos centros penales.
El Pozo III tiene capacidad para 208 privados de libertad, en 104 celdas de 2 metros de ancho por 2,20 metros de largo.
“La cárcel fue prácticamente reconstruida, porque la que había antes en el lugar, aunque era considerada de máxima seguridad, no cumplía los requisitos internacionales”, señaló el gobierno de la república en un comunicado.
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Peor que El Pozo I y II
Una colchoneta para dormir, un lavamanos y una letrina, es todo lo que hay en cada celda. Aquí no existen los celulares ni teléfonos satelitales, tampoco hay plasmas, radios, refrigeradoras, estufas, mesas de billar y todos los lujos a los que muchos reos estaban acostumbrados.
“Aquí es peor que estar en el Pozo I y el Pozo II”, asegura un miembro de la seguridad de este lugar.
Los reos que ocupen este nuevo módulo de máxima seguridad de Támara, estarán 23 horas en su celda y podrán gozar de una hora de sol al día.
Asimismo, podrán tener una visita al mes, en espacios sin contactos físicos. Y se les dará tres tiempos de comida diarios, informaron las autoridades.
Por su parte, aquellos de alta peligrosidad y agresividad, tendrán derecho a la comunicación a través de cartas para sus familiares, que antes serán revisadas por elementos del Instituto Nacional Penitenciario.
También este módulo cuenta con un equipo de médicos generales, odontólogos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales y abogados, para cuando los privados de libertad requieran atención directa.
Galería: Así es El Pozo III en Támara
Más cárceles
Recientemente, el gobierno inauguró el remodelado centro penal de El Porvenir, en Francisco Morazán, destinado a presos de mediana y baja peligrosidad. Aquí fueron trasladados la semana pasada, más de 900 reos que quedaban en el penal sampedrano.
Las autoridades también han informado que actualmente se trabaja en la reconstrucción de la cárcel del Valle de Siria, ubicada en Francisco Morazán y que el Ejecutivo contempla la construcción de otra más en Naco, departamento de Cortés.
La cárcel de Siria será de mínima y mediana seguridad, con vocación agrícola y técnica para que los privados de libertad puedan aprender un trabajo u oficio y luego aplicarlo una vez cumplan con su condena, a lo que se le llama popularmente “Ley Picapiedra”.
¿Usted qué opina?