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PUERTO RICO muere de hambre, sed y desesperación

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La prioridad del gobierno sigue siendo la repartición de agua, comida y combustible. La isla devastada por el ciclón que dejó 16 muertos confirmados y 8,000 refugiados al día de hoy.

La isla se encuentra paralizada con carencias de electricidad, combustible, agua y comida, 11 días después de ser arrasada por el huracán María, mientras el gobierno de Puerto Rico ya tiene comunicación con los 78 municipios de la isla y un gran operativo informativo ha logrado proveer por lo menos información de la situación actual en cada uno de ellos, aunque aún quedan numerosos barrios aislados en la isla, sobre todo en su centro montañoso, y miles de personas que solo saben de sus familiares por boca de otras personas y no directamente porque no se han podido comunicar con ellos.

Problemas en la distribución de ayuda y productos

La repartición de artículos de primera necesidad y combustible se ha visto afectada por la falta de personal y coordinación entre el gobierno y los transportistas que deben distribuir la mercadería por la isla, generando desesperación entre los residentes que intentan estirar sus abastecimientos en lo que se pueden conseguir en los supermercados o llega más ayuda.

Casi 3,000 contenedores han salido del puerto de San Juan, el principal del país, desde el pasado 26 de septiembre a la fecha y el gobernador Ricardo Rosselló dijo que el domingo se recibieron otros 230 contenedores de agua, comida y suministros de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, siglas en inglés).

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Imágenes de la crisis que sufre PUERTO RICO

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El caos de las infraestructuras

La devastación de las infraestructuras ha sido total en la isla de Puerto Rico. Ayer, solo un 5% del sistema eléctrico de todo el país (que tiene 3,400,000 habitantes) estaba en funcionamiento. Un 35% de las gasolineras seguían cerradas y en las que permanecían abiertas las colas eran interminables. Uno de cada dos supermercados de la isla estaba cerrado y contaban con escasos suministros aquellos que tenían abiertas sus puertas.

Por otra parte, solo un 10% de las torres de telefonía estaba en funcionamiento. Más de 10,000 puertorriqueños seguían sin vivienda y estaban distribuidos en 150 refugios habilitados a lo largo de toda la isla, aunque muchos otros miles que también han perdido sus casas se las arreglan con las de familiares o amigos. Hasta ayer, según el Gobierno, el huracán había dejado 16 víctimas mortales.

A pesar de las críticas, Trump:

«Debido a #FakeNews (noticias falsas) mi gente no está recibiendo el crédito que merecen por hacer un gran trabajo. Como se ve aquí, todos están haciendo un gran trabajo!».

Mientras tanto, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, no deja de lanzar el mensaje de que Washington está trabajando «con todo» con ellos y que las agencias federales y el ejército se están volcando en la isla, aunque al tiempo recuerda que los suyos deben ser tratados como “ciudadanos americanos” y urge al Capitolio a aprobar un fondo de rescate extraordinario.

Rosselló ha asegurado que el desastre de María solo es comparable con el Katrina en Nueva Orleans y sostiene que la reconstrucción de Puerto Rico requiere “decenas de miles de millones” de dólares.

En otro tuit, Donald Trump, recordó está semana que Puerto Rico, pese a su catástrofe, tiene una deuda con Wall Street y los bancos que, “tristemente, tendrá que asumir”. La isla ha declarado la quiebra, debe 73.000 millones de dólares (unos 61.782 millones de euros) a sus acreedores y ya antes del huracán pasaba serios apuros para sostener sus sistemas de salud y de pensiones.

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