Esta semana, el mercado del petróleo en Estados Unidos sufrió su peor caída de precios desde 1983 al registrar el precio del barril en -37.63 dólares.
No obstante, el bajo precio que experimenta el petróleo no se verá reflejado en el bolsillo de los consumidores porque la venta al público de los derivados incluyen en su costo los gastos de importación, refinamiento, traslado e impuesto.
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Expertos señalaron qué hay una diferencia entre el mercado bursátil y el del producto final que se ofrece a la población que es una compra física de forma inmediata, mientras que en las bolsas de valores se llevan a cabo contratos con un lapso de tiempo.
La inusual situación se desencadenó por la poca demanda de los carburantes en todos los países que impusieron un confinamiento y el distanciamiento social que todavía persisten.
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El principal consumidor de petróleo, EEUU, es por hoy el país más golpeado por la pandemia del coronavirus que orilló a varios de sus estados a decretar toques de queda y reducir las horas de trabajo, por lo que estas acciones han provocado pérdidas millonarias y de empleo.
Mismas condiciones enfrenta Honduras y los demás países de América Latina que al no tener similares recursos sanitarios que naciones desarrolladas, tratan de evitar la saturación en sus centros de salud, por ello la movilización de personas se ha reducido.
Periodista y Redactor Web de Canal11 y Once Noticias Digital.
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