El pasado viernes la patrulla que protege a los parientes de la lideresa indígena, asesinada el 2016, resultó con los vidrios dañados
La amenaza de un atentado criminal contra un nieto y la hija de Berta Cáceres, lideresa indígena asesinada en marzo de 2016, fue descartada este lunes por parte de las autoridades policiales.
La eventualidad se dio a conocer luego de que la patrulla que resguarda por las medidas cautelares a un nieto y a Olivia Zúniga Cáceres, hija de Berta, resultara con los vidrios traseros dañados, elevando la alarma por los mencionados antecedentes.
Un twitter emitido por la Policía Nacional destaca que “la Secretaría de Seguridad y (la) Policía Nacional descartan atentado criminal en contra de la familia de Berta Cáceres”.
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Añaden que las vidas de Zúniga y su hijo “no han estado en riesgo”.
Este hecho se registra casi un mes después del atentado que sufrió otra de las hijas de Berta Cáceres, Berta Isabel Zúniga Cáceres, junto a los otros líderes indígenas, Sotero Chavarría y Asunción Martínez, el pasado 30 de junio, donde afortunadamente resultaron ilesos.
Las autoridades apresaron por este hecho a Terencio de Jesús Martínez, motorista del vehículo desde donde fueron atacados.
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Berta Cáceres era una de las defensoras de derechos humanos más conocidas en Honduras. Se enfrentó y a menudo derrotó a madereros ilegales, dueños de las plantaciones, corporaciones multinacionales y proyectos de represas que cortaban los suministros de alimentos y agua a las comunidades indígenas.
Antes de su asesinato, ocurrido el 3 de marzo del 2016, acumulaba una larga lista de amenazas y ataques a su persona.
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