Miles de feligreses llegan en estos días hasta la Basílica de Suyapa en Tegucigalpa para llevar sus ofrendas y hacer peticiones con mucha fe a la virgencita.
Reseña histórica del hallazgo de la Virgen de Suyapa [jwplayer jx3eDwQY]
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A pocas de celebrar la alborada a la Virgen de Suyapa son cada vez más los peregrinos que llegan de todas partes del país y de Centroamérica hasta la Basílica de Suyapa en Tegucigalpa para hacer sus peticiones y rendir ofrendas a la patrona de los hondureños.
Numerosos son los testimonios de fieles que han recibido un milagro y otros miles que siguen pidiendo con fe a la Morenita encontrada en 1747 por un labrador en la montaña del Piliguín, al noreste de Tegucigalpa.
Doña María López es una de los feligreses que acampan en los alrededores de la Basílica, ella viaja todos los años desde la aldea El Ciruelo de Comayagua para cumplirle a la Virgen la promesa que le hizo a su difunto esposo.
“Tengo una promesa de mi esposo que hace 28 años murió. Antes veníamos los dos, pero cuando él ya estaba grave me dijo: ‘mire María usted no se vaya olvidar de nuestra Madre de Suyapa. No deje de venir’ y he guardado la promesa que le hice. Todos los años vengo”, manifestó.
Lidia Valeriano, proveniente de la misma aldea en Comayagua, también tiene una historia que contar: “A mi último hijo a los tres días de nacer le dio neumonía y estuve en el hospital cinco días con él. Yo se lo ofrecí a la Virgen de Suyapa y ahora acaba de cumplir 18 años y no padece de nada”, dijo llena de agradecimiento.
Joel Alexander Martínez, es un niño de ocho años que nació con una malformación en uno de sus pies. Ayer en la mañana, el pequeño llegó a la basílica para ofrecer una pequeña ofrenda a la virgen.
“Vengo a que me cure”, dijo Joel, mientras encendía una vela apoyado en sus muletas con las que hizo un largo viajo desde la aldea El Matazano, La Paz.
Elsa Velázquez es otra de las fieles que llegó para ver a la “Chiquita” milagrosa. “Vengo a cumplir una promesa porque la virgen sanó a mi hija”.
Velázquez afirmó que la “virgencita” le hizo un milagro con su hija, Escarleth Naomi, de tres años, recién cumplidos el pasado miércoles, porque los médicos no podían brindarle una solución y tras la promesa a la “Morenita”, su “bebita” logró superar su mal.
Una de las acompañantes, Elsa Velázquez, dijo que, “vengo a cumplir una promesa porque cuando mi hija nació pesaba nueve libras, y a los dos meses solo comenzaba a pesar seis libras, se me desnutrió, entonces le pedí a la virgen que me la sanara y le iba a traer un ´cuerpecito´ y me la sanó”.
Otros feligreses llegan en grandes grupos al unirse y contratar buses que los traigan desde su lugar de origen. En improvisadas tiendas de campaña pasan la noche para esperar la alborada y al día siguiente regresar a sus aldeas con sus corazones llenos de fe y esperanza.
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