A pesar del alto gasto de las palillonas, asociado con los trajes para los desfiles del 15 de septiembre, el entusiasmo por el civismo y la celebración patria sigue siendo fuerte en quienes participan.
Ser parte del famoso grupo de palillonas requiere un compromiso significativo, no solo en tiempo y dedicación, sino también en términos financieros.
El participar como palillona genera un alto gasto no solo por el vestido, sino también por los complementos como las botas, bastón, adornos en el pelo y maquillaje que son necesarios para resaltar.
Para ser una palillona en Honduras, es necesario invertir más de 4 mil lempiras, una suma que podría aumentar según los detalles que se le agreguen al vestido.
El costoso gasto de las palillonas refleja el nivel de detalle y la preparación que cada participante pone en su atuendo. A pesar de la inversión, la pasión por los desfiles y el orgullo nacional impulsan a muchas personas a asumir el gasto.
Las botas oscilan en un precio de mil doscientos lempiras; el maquillaje y el peinado según el lugar podrían costar hasta mil lempiras y los detalles adicionales como accesorios un montón de quinientos lempiras.
La suma podría ser exagerada para tan poco el tiempo de su uso. Sin embargo, muchos hondureños acceden al precio por el orgullo de participar en las fiestas patrias.
El 15 de septiembre, día de la independencia de Honduras, es una ocasión especial en la que se celebra el patriotismo y el espíritu cívico, y las palillonas desempeñan un papel muy destacado.
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Las palillonas de Honduras deben asegurarse de que todo esté impecable, desde las botas hasta los detalles para representar adecuadamente a su institución.
La inversión económica no lo es todo, pues las palillonas dedican tiempo en ensayos y preparación. Cada detalle desde los movimientos sincronizados hasta la presentación final.