Hablar de sexualidad con sus hijos es crucial para su desarrollo saludable, ya que les proporciona educación sobre el cuerpo, las relaciones y el respeto, esto previene comportamientos de riesgo, fomenta la autoestima y la confianza, disminuye conceptos erróneos y ayuda a prevenir el abuso sexual.
Muchos padres de familia prefieren no hablar de sexualidad con sus hijos, por múltiples factores, entre ellos la falta de confianza, sin embargo, tocar estos temas en casa, es fundamental para una educación sexual.
Un reciente estudio de We-Vibe revela que más del 39% de los padres encuentran incómodo hablar de sexualidad con sus hijos, mientras que un 33% aborda el tema, enfocándose mayormente en enfermedades de transmisión sexual y métodos anticonceptivos.
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Otro temas discutidos son el consentimiento y los límites personales, aunque aspectos como la intimidad y la pornografía se tratan con menor frecuencia.
La investigación muestra que un 40% de los padres prefiere esperar hasta que sus hijos tengan entre 12 y 14 años para hablar de sexualidad, mientras que un 22% lo hace entre los 15 y 17 años, y un 20% entre los 9 y 11 años.
Solo un 10% cree que es adecuado empezar antes de los 8 años, y algunos prefieren esperar hasta que los hijos alcancen la mayoría de edad.
Edad para hablar de sexo con los hijos
Es crucial adaptar la información a la edad de los niños, en ese sentido, para los más pequeños (3-7 años), se recomienda presentar la sexualidad de manera positiva y adecuada a su nivel de desarrollo, usando un lenguaje sencillo y abordando temas como el cuerpo y el consentimiento.
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Entre los 8 y 12 años, con la pubertad y los cambios corporales, es esencial hablar sobre la higiene, las relaciones sanas y la representación realista de la sexualidad, además de aclarar las imágenes distorsionadas que puede ofrecer la pornografía.
Durante la adolescencia (12-15 años), cuando los jóvenes enfrentan una etapa convulsa, es importante enfatizar el consentimiento, las prácticas sexuales seguras y las posibles consecuencias emocionales y físicas de la actividad sexual.
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Para los jóvenes de 16 a 18 años, ya casi adultos, se deben promover la autonomía, el respeto corporal, la diversidad sexual y los valores personales, mientras se mantiene abierta la comunicación sobre cualquier problema relacionado con la sexualidad.
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Ana Lombardía, experta en bienestar sexual de We-Vibe, sugiere que, para superar la vergüenza que puede generar estos temas, se puede utilizar una educación indirecta, como comentar sobre escenas de sexualidad en medios o proporcionar libros y recursos sobre el tema.
Mantener un canal de comunicación abierto y honesto es esencial para apoyar a los hijos en su desarrollo sexual y emocional.
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