El doloroso entierro de Mía Cáceres, una joven estudiante universitaria que perdió la vida en un trágico accidente vehicular en el anillo periférico de Tegucigalpa, el domingo 7 de julio, congregó a sus familiares y amigos, quienes entre lágrimas y anécdotas le dieron el último adiós.
El féretro de Mía Cáceres permaneció cubierto de flores y rodeado de recuerdos de su corta vida, mientras sus padres, Pamela Ordóñez y Mauricio Cáceres, le daban una dolorosa y repentina despedida en la funeraria “Amor Eterno” de Tocoa, Colón.
Antes de enterrarla en el Cementerio Municipal de Tocoa, hubo un culto evangélico dirigido por el papá de Mía, quien es pastor. Ahí los amigos de la familia compartieron anécdotas y expresaron su dolor por la pérdida.
Aunque la tristeza era evidente, el ambiente estuvo lleno de amor y gratitud por el tiempo compartido con ella.
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Las emotivas palabras de despedida de los padres de Mía
Durante el funeral, el padre de Mía, el pastor Mauricio, dijo con su voz entrecortada que agradecía a Dios por los 19 años que pudieron compartir con su hija.
“Tomando su caso como ejemplo, le aconsejo a la sociedad que, en vez de señalar a su hijo, apóyelo, esto sin importar la religión o decisiones que tomen”, manifestó.
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Además, contó cuando su hija le confesó estar decepcionada de la religión. “Papi, yo creo en Dios, pero no quiero saber nada de la iglesia”, recordó. Y acto seguido explicó cuál fue su reacción: “¿Saben qué hice? Agarré a mi hija y le dije: Solo te voy a pedir perdón, porque el llamado es sobre mi esposa y sobre mí, y tú has acarreado un llamado que no te corresponde; Dios lo hará en su tiempo”.
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La pastora Pamela Ordóñez, madre de Mía, también expresó unas palabras: “Dios les bendiga. Gracias por estar con nosotros en estos momentos tan difíciles, pero creyendo firmemente lo que la palabra del Señor dice, que un día Mía va a estar levantada de esa tumba con más honra y con más gloria que la que estuvo en esta tierra. Dios les bendiga de una manera sobrenatural a cada uno”.
En el entierro, ambos progenitores se quebraron en llanto. “Sé que no estás aquí, bebé. Aquí solo está tu cuerpo. Donde estés te voy a amar, te prometo que te voy a buscar. Te amo con todo mi corazón, en nombre de tus hermanos y de tu madre, gracias bebé”, dijo entre lágrimas el pastor Mauricio Cáceres.
La madre de la extinta universitaria, por su parte, agradeció la masiva congregación en el camposanto. “Dios les bendiga. Gracias por estar con nosotros en estos momentos tan difíciles, pero creyendo firmemente lo que la palabra del Señor dice, que un día Mía va a estar levantada de esa tumba con más honra y con más gloria que la que estuvo en esta tierra. Dios les bendiga de una manera sobrenatural a cada uno”.
La trágica muerte de Mía Cáceres
La madrugada del domingo 7 de julio, Mía Cáceres perdió la vida en un accidente vehicular que ha conmocionado a la comunidad universitaria de Tegucigalpa.
Mía era una prometedora estudiante de arquitectura de la Universidad Católica de Honduras, pero falleció a los 19 años tras una noche de diversión que terminó en tragedia.
Ella había vivido en Tegucigalpa durante cinco meses tras mudarse desde Tocoa, Colón, donde pasó toda su infancia y adolescencia. En la capital, residía con su hermano mayor, también estudiante universitario.
Las autoridades confirmaron que el conductor del vehículo, André Lobo, de 25 años, estaba borracho y se quedó dormido al volante. La prueba de alcoholemia mostró que tenía un grado de 51 mg/100ml de alcohol en su cuerpo.
El Subcomisario Hernández informó que los tres jóvenes a bordo del vehículo habían estado consumiendo bebidas alcohólicas en una gasolinera antes del accidente. André Lobo enfrenta cargos por “conducción temeraria, ingesta de bebidas alcohólicas y homicidio por dolo eventual”.
La investigación sobre el accidente continúa mientras se esclarecen más detalles. La comunidad, consternada por la pérdida de Mía, espera justicia por este trágico incidente que ha dejado un vacío irreparable en los corazones de quienes la conocieron y amaron.