La violencia continúa siendo una de las principales amenazas para la niñez y adolescencia en Honduras, y las estadísticas se concentran en tres departamentos.
De acuerdo con el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), el 5% de las muertes violentas registradas en el país corresponden a menores de 18 años, con un total de 78 niños, niñas y adolescentes asesinados hasta septiembre de 2024.
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Los departamentos de Francisco Morazán, Cortés y Olancho lideran las estadísticas de muertes violentas de menores, reflejando la persistencia de la violencia que afecta especialmente a la niñez y juventud en estas regiones.
Entre enero de 2022 y septiembre de 2024, la Red Coiproden registró 1,773 muertes violentas de personas de entre 0 y 30 años, de las cuales 355 eran menores de edad.
Para Migdonia Ayestas, directora del OV-UNAH, cada asesinato de un menor no solo es una tragedia individual, sino un daño al futuro del país, que pierde a su capital social más valioso.
«La violencia contra los niños y adolescentes no solo afecta a las familias, sino que pone en riesgo el desarrollo de Honduras», advirtió.
Dura realidad
El criminólogo Wilfredo Ruiz destacó a un medio de comunicación la falta de un enfoque efectivo por parte del gobierno para proteger a la niñez, no solo de homicidios, sino también de otras formas de violencia como el abuso infantil, laboral y la trata.
«Al gobierno no le interesa la protección de los menores de edad. Hay un abandono total», denunció.
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