«El arte y la religión brotan de la misma fuente en el ser humano. Brotan de la necesidad de ponernos en contacto con algo más allá, algo más grande que la pequeñez que sentimos como seres humanos frente al universo», comenta el padre Jack Warner, quien hace 38 años fundó en nuestro país el Teatro La Fragua.
Teatro la fragua se fundó en la ciudad de Olanchito, Yoro, el 19 de julio de 1979, día en que se estrenó la primera obra, en una casita de adobe convertida en un teatro muy sencillo con capacidad para unas 80 personas. Desde entonces ha tenido una labor ininterrumpida, contribuyendo al desarrollo de la cultura hondureña y centroamericana.
En 1980 se trasladó a la ciudad de El Progreso, Yoro, y se instaló en un edificio viejo que, después de varios años de trabajos de remodelación, queda como una sala que contiene todas las áreas y secciones que requiere un moderno y bien distribuido teatro, centradas en un espacio escénico semejante a un teatro-arena que puede acomodar a unos 300 espectadores. Han presentado obras de carácter religioso, obras clásicas y populares, y han desarrollado un estilo que un crítico estadounidense ha denominado «neo-medieval».
La fragua continúa una tradición comenzada con los experimentos apostólicos de los primeros jesuitas cuando en sus colegios acompañaban la catequesis cristiana con las humanidades, el arte, y el teatro clásico, para que sus alumnos se hicieran versados tanto en la fe como en la cultura europea. En Centroamérica el teatro ha iluminado la fe del pueblo ayudando a volverla más auténtica al mismo tiempo que revaloriza y transmite los valores culturales propios de Centroamérica.
En estas casi cuatro décadas, el padre Jack ha experimentado todo tipo de vivencias, tanto de felicidad como de tristeza, como los duros momentos en que le ha tocado ver a uno de sus compañeros marcharse en busca de nuevos horizontes. “La relación dentro de un grupo de teatro siempre es bastante íntima, nos conocemos demasiado bien a veces y siempre da tristeza cuando uno de nosotros emprende su propio camino”, agrega el padre Jack.
Y es que, del grupo original del teatro, únicamente sigue activo él y Edy Barahona, quien actualmente se desempeña como director artístico, aunque en algunas obras se incorpora y vuelve a brillar con sus actuaciones.
Sin embargo, Jack y Edy no se olvidan de aquellos tiempos en que compartían escena con Ramón Roca, Gonzalo Valerio y Rolando Pagoada, entre otros, quienes se marcharon hace años, pero nunca se fueron del todo.
El grupo actual es una mezcla de experiencia y energía, que al interactuar en el escenario logran transmitir sentimientos y reflexiones al público.
Un estilo propio
Al consultarle al padre Jack sobre el estilo de teatro en el que se desenvuelven, nos manifiesta: “Practicamos todo lo que podamos montar. Yo diría que es un estilo bastante propio, basado en ideas de muchos de los directores de vanguardia del siglo pasado, pero adaptadas a la realidad hondureña, en todos los sentidos, identificados con la personalidad de su pueblo, la cual dista mucho de las teorías escritas en Europa”, sostiene.
Otra de las características de La Fragua como teatro es que no depende de montajes suntuosos ni refinados vestuarios para llevar su mensaje. Todo descansa en el ingenio y talento de sus actores y actrices.
Bajo este contexto, el padre Jack refiere que siempre ha tratado de brindar una enseñanza bastante profunda y sensibilizadora a sus actores, con el fin de que posteriormente ellos se conviertan en mentores de nuevos talentos que mantengan el teatro en escena.
Esto le permite una versatilidad admirable, ya que así como se presenta n sobre los maderos de la vieja casona conocida como Teatro La Fragua, pueden hacerlo libremente en cualquier plaza y espacio dispuesto para su actuación.
Teatro popular
El trabajo de La Fragua se ubica dentro del género latinoamericano denominado “Teatro Popular”; aquí se incluyen obras religiosas, cuentos para niños, folclore y teatro de emergencia (el cual surgió tras la experiencia del paso del huracán Mitch por Honduras en 1998).
Por arte de magia
Debido a la falta de apoyo del gobierno, de las empresas locales y de un Ministerio de Cultura que no existe, este teatro del pueblo, orgullo de los progreseños, subsiste casi por arte de magia, gracias a la solidaridad de unos cuantos amigos en el exterior y al poco dinero que percibe por concepto de la asistencia del público a sus temporadas artísticas y al patrocinio de parte de la municipalidad y empresas como ser Hondupalma.
Así que si usted es un buen hondureño (y especialmente progreseño) y desea colaborar para que nuestro teatro nunca baje su telón, le dejamos el contacto para que pueda dar su granito de arena.
Contacto:
- TEATRO LA FRAGUA
- 1/2 CUADRA ATRAS DE CLINICA MÉDICA CRISTIANA
- TELÉFONO: 2647-0974
- CORREO: [email protected]
Gracias Lenin..el teatro La Fragua es parte esencial de la cultura progreseña,por lo tanto parte de nuestras vidas …el que estudio en cualquier colegio de el Progreso,y no fue al teatro la fragua…no es progreseño..
hojala y tengamos teatro la fragua..por siempre.