La muerte de Isis Obed Murillo ha generado un fuerte debate entre expertos en armamento y forenses, quienes discrepan sobre el tipo de arma utilizada en el incidente.
Según los forenses que participaron en la investigación, el arma que causó la muerte de Isis Obed no es una de uso común en el ámbito civil, sino más bien una diseñada para uso militar.
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Esta afirmación ha generado controversia, ya que varios expertos en balística aseguran que las características del arma indican lo contrario: se trataría de un arma convencional, fácilmente disponible en el mercado civil.
El Ministerio Público, respaldado por el análisis forense y aplicando el Protocolo de Minnesota, un procedimiento internacional para investigar posibles ejecuciones extrajudiciales, presentó una acusación formal. Este protocolo permitió determinar si hubo indicios de tortura y validar la naturaleza del proyectil.
El caso continúa bajo investigación, mientras los peritajes y análisis forenses buscan esclarecer los hechos y determinar responsabilidades con base en evidencia científica.