Los pacientes indígenas y en condición de pobreza o pobreza extrema, sus familiares, así como diversos grupos vulnerables del cantón de Talamanca, dispondrán de una estancia más cómoda y segura tras ser dados de alta en el hospital Tony Facio, mediante la habilitación del primer albergue transitorio “Alta Casa”, en ese establecimiento de salud.
La entrega de esta nueva obra a la comunidad se efectuó, esta mañana, en Barrio Roosevelt, en Limón, con la participación del Presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, autoridades de la CCSS, del Instituto Mixto de Ayuda Social y de líderes comunales de la provincia.
El Presidente de la República mostró su satisfacción por poder participar en la entrega de una obra inspirada en la humanización y la salud de las poblaciones más vulnerables, especialmente la indígena. Agradeció a los involucrados en este proyecto interinstitucional en alianza con la comunidad y reflexionó sobre la importancia de tomar la creación de este albergue como una muestra de la necesidad de «ponernos todos la camiseta de ciudadanos y no de burócratas».
Por su parte, el doctor Román Macaya, presidente ejecutivo de la CCSS, manifestó el privilegio de participar en sus primeros días administrando la CCSS, en la habilitación de una obra insignia que con pasión y visión echan raíces en una tierra fértil. También, agradeció el esfuerzo de todo el equipo de trabajo y aseguró que la creación de este albergue representa un gran ejemplo de lo que está por venir para la provincia de Limón.
María Fullmen Salazar, presidenta ejecutiva del IMAS: aseguró que el nuevo albergue marca un antes y un después en la vida de la población indígena del cantón de Talamanca, en una infraestructura que pretende dejar atrás el drama injusto de las poblaciones más vulnerables con un espacio de amor y entrega compasiva.
El proyecto fue ejecutado de manera articulada entre la CCSS, el IMAS, y la Asociación de Desarrollo Específico Pro Albergue Transitorio Alta Casa, y posee 345 metros cuadrados de construcción en un terreno de 487 metros cuadrados, distribuidos de la siguiente manera: dos dormitorios colectivos y uno familiar, sala de reuniones, oficina, cocina, comedor, sala común, baterías de baños, servicios sanitarios y un local para habilitar posibles ventas que generen recursos para pagar los servicios básicos.
De acuerdo con la licenciada Luz Marina Barrantes Elizondo, jefa de Trabajo Social del hospital y coordinadora del proyecto, la nueva infraestructura se ubica dentro del perímetro hospitalario, en un terreno propiedad de la CCSS, consta de dos niveles con capacidad para albergar 23 personas diarias, de ellas, se estima que 10 constituirían egresos hospitalarios, lo que supondría un ahorro promedio de ¢150 millones mensuales por costos hospitalarios básicos.
Según la funcionaria, la creación de este albergue es de particular trascendencia, en virtud de que, su objetivo es brindar alojamiento a pacientes atendidos en ese establecimiento de salud y sus familiares, quienes por carencias económicas y de accesibilidad no pueden regresar a sus domicilios, o tienen que pernoctar en los alrededores del hospital durante la hospitalización de un familiar, por no disponer de recursos económicos para asumir los gastos de hospedaje.
Explicó que la iniciativa de levantar un espacio para la estancia de estas poblaciones, surgió en respuesta a una solicitud planteada por diversas comunidades indígenas, las cuales, demandaban una solución ante las carencias económicas y de acceso a zonas alejadas del hospital que ponen en riesgo su vida, tras una cirugía, un parto u otra atención que amerite cuidados especiales, en virtud de que, regresar hasta sus domicilios implica el recorrido de numerosos kilómetros y de muchas horas de camino hacia diferentes localidades del cantón de Talamanca, soportando las inclemencias del clima, ríos caudalosos, sol y lluvias intensas en una condición de salud que requiere, más bien, de un cuidado extremo.
Asimismo, los pacientes con cirugías programadas que procedan de zonas alejadas y con dificultad de acceso, tendrán la oportunidad de permanecer en el albergue un día antes de la cita, lo que permitirá disminuir el registro ausentismo en este tipo de procedimientos.
La licenciada Barrantes aseguró que, actualmente, se trabaja en la gestión para disponer de una subvención del IMAS para el pago de pasajes y alimentación a las personas ingresadas en el albergue, quienes por sus características y valoración de trabajo social se encuentran en condición de pobreza y con problemas de salud importantes, lo que afecta el desarrollo de las actividades económicas para la manutención de sus familias.
El proyecto iniciará la prestación de servicios con un grupo de voluntarios de las comunidades cercanas, en tanto se cuente con los recursos económicos necesarios para la contratación de un administrador y de una trabajadora social.
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