Un trágico episodio ha sacudido al municipio de Marcala, en el departamento de La Paz, donde un niño de tan solo cuatro años fue asesinado en circunstancias aún bajo investigación.
Afuera de la morgue del Ministerio Público (MP), el padre del menor expresó su dolor y exigió una respuesta contundente por parte de las autoridades ante la creciente inseguridad en la zona, atribuida a la operación de una banda criminal que mantiene atemorizada a la población.
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Su compañera de hogar le alertó sobre un incidente, pero sin detalles claros. Al llegar a su hogar, encontró a su hijo herido y, junto a una enfermera, lo trasladó de inmediato a una clínica privada en Marcala. Lamentablemente, el menor falleció poco después.
“Yo vi que él solo suspiro dos veces y se quedó”, dijo entre lágrimas el hondureño.
Según declaraciones, el niño se encontraba jugando en el patio de su casa cuando se escuchó un disparo. Su madre, al salir, encontró al pequeño tendido en el suelo.
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Ya habían atentado contra su familia
Hace dos años, un sobrino suyo fue brutalmente asesinado, lo que desató una serie de tensiones y amenazas que aún persisten. Además, denunció que la zona fronteriza donde vive facilita las actividades de grupos delictivos.
Pese a las sospechas y acusaciones infundadas que ha enfrentado, el padre afirmó que confía en la justicia divina y ha evitado tomar represalias.
Sin embargo, reiteró su llamado a las autoridades para que actúen de manera firme y protejan a las comunidades de Marcala de la violencia que las tiene sometidas al miedo.
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