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Al menos cinco menores fallecen en diferentes hechos en menos de una semana al noroccidente de Honduras

La región noroccidental de Honduras vive una temporada de luto tras la muerte de cinco menores en diversos incidentes ocurridos en menos de cinco días.

Estas tragedias han conmocionado a comunidades enteras, marcando un sombrío inicio de la temporada decembrina.

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En Santa Bárbara, un niño de tan solo 18 meses perdió la vida por asfixia al ingerir un grano de palomitas de maíz sin que sus padres pudieran evitarlo a tiempo. Este incidente deja un profundo vacío en su familia, que aún no puede asimilar la inesperada pérdida.

Por otro lado, una comunidad en Yoro, lamenta la muerte del pequeño Carlos Adrián, de dos años, quien falleció trágicamente al ser atropellado por un vehículo conducido por su propio padre. Según los reportes, el accidente ocurrió mientras el padre retrocedía el automotor sin percatarse de la presencia del niño.

En San Pedro Sula, un voraz incendio en la colonia Brisas del Campo cobró la vida de dos menores, de dos años cada uno. Las llamas consumieron una vivienda mientras la madre de una de las víctimas realizaba diligencias, dejando un saldo desgarrador: la pérdida de su hija y una bebé que estaba bajo su cuidado. En el mismo siniestro, una niña de cuatro años sufrió heridas graves.

Especialistas señalan que este tipo de tragedias generan un impacto emocional devastador.

«Cuando un niño muere, la percepción de la vida y la muerte cambia drásticamente, afectando profundamente a las familias», comentó un experto, subrayando que estos eventos suelen desencadenar sentimientos de culpa, tristeza y, con el tiempo, un difícil proceso de aceptación.

 Video a continuación sobre muerte de menores en zona noroccidental de Honduras:


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Estas historias recuerdan la importancia de redoblar esfuerzos para prevenir accidentes y proteger a los más vulnerables.