Con la ilusión de una mejor vida, un hondureño y su hijo de apenas cinco años se aventuraron a recorrer la ruta migratoria para cumplir el sueño americano, pero los sueños se apagaron en el temible Río Bravo.
Henry Ártica, originario de El Progreso, Yoro, murió electrocutado cuando intentaba cruzar el Río Bravo acompañado de su hijo y otro migrantes.
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Las autoridades de Tamaulipas informaron que encontraron el cuerpo pegado a una malla ciclónica en la presa internacional Anzalduas en Reynosa, Tamaulipas, zona en la que las autoridades estadounidense habían puesto cables de alta tensión.
El menor le notificó a los agentes de la Procuraduría General de Justicia que era hijo Ártica, y luego fue llevado a la casa Hogar en Reynosa, Tamaulipas.
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Los familiares de la víctima están a la espera que sea repatriado el menor y el cuerpo de la víctima.
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