El impacto de un fuerte temporal que azotó el norte de Honduras este fin de semana ha dejado un saldo trágico de cuatro personas fallecidas y varias comunidades severamente afectadas.
Las intensas lluvias, acompañadas de desbordamientos de ríos y deslizamientos, han provocado que al menos 30 familias resulten damnificadas, mientras que algunas zonas permanecen incomunicadas debido al colapso de vías de acceso.
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Uno de los casos más recientes fue el hallazgo del cuerpo sin vida de Anderson Ferrera Alcántara, un joven de la comunidad El Elixir, en Sabá, Colón.
Ferrera se lanzó desde un puente en la quebrada de la localidad, y tras varias horas de búsqueda, su cadáver fue rescatado de las aguas. Este suceso eleva a cuatro el número de víctimas mortales registradas en los últimos días.
El primer deceso fue el de Reino Oliva, mientras que en las últimas horas también se confirmó la muerte de Isilda Antúnez, una mujer de la tercera edad que perdió la vida cuando una pared de su casa se desplomó debido a las fuertes lluvias en la comunidad La Golondrina, en Sabá.
Además, el viernes, un menor de edad falleció ahogado al caer en una poza formada por las lluvias en la colonia La Unión, en el municipio de Tocoa, Colón.
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A raíz de estos eventos, el gobierno ha extendido la alerta amarilla en el departamento de Colón por 48 horas más.
En la zona norte, la crisis persiste con calles bloqueadas y un tráfico caótico, especialmente entre Chamelecón y Cofradía, en San Pedro Sula, donde la situación también ha empeorado.
