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ICE defiende que contrato con Hidrotárcoles era de compra de energía

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Tras las declaraciones de miembros del Comité de Crédito Especial del Banco Nacional ante la Comisión Investigadora de Créditos Bancarios de la Asamblea Legislativa en que aseguraron que Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) debe hacerse cargo de la construcción de la planta Hidrotárcoles, en en la eléctrica estatal responden que no es así, debido al tipo de contrato.

Según indican en el ICE, el contrato con el Consorcio Hidrotárcoles S.A (conformado por las empresas Sánchez Carvajal y P.H. Brujo) establece que esa empresa construya, opere y transfiera luego de 20 años, la planta sin ningún costo adicional para el ICE, es decir, defienden que no es un contrato de construcción.

Este tipo de contratos son los llamados BOT (construcción, operación y traspaso; por sus siglas en inglés). los que generalmente son usados para el desarrollo de un activo de rendimiento promedio, en lugar de un sistema completo. Generalmente, este activo es una edificación nueva en un terreno no urbanizado o rural.

En un proyecto BOT, la compañía objeto del proyecto, o el operador, generalmente obtiene sus ganancias a través de un monto que le cobra a la empresa de servicio público o al gobierno en vez de una tarifa cargada al consumidor final.

También afirman en el ICE que el contrato indica que los riesgos de financiamiento y de construcción son de la empresa privada y que así lo indica el fallo del Tribunal Contencioso Administrativo (voto 67-2017 del 13 de julio de 2017 y voto 19-2017 del 1 de marzo de 2017).

Sin embargo, en la versión dada por el Banco Nacional, en caso de que el contrato se rescinda, el ICE debe terminar la obra y pagarle a Hidrotárcoles lo que ya invirtió; pero en el ICE afirman que la institución no está facultada a asumir los incumplimientos contractuales de una empresa privada y que desde enero de 2016 había comunicado al banco su intención de resolver el contrato, por incumplimiento grave del contratista.

Según el contrato original, la planta hidroeléctrica Capulín San Pablo (nombre real del proyecto) debía iniciar operaciones el 1.º de junio del año anterior.

 

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