El 2025 representa un año crucial para el sistema educativo de Honduras, enfrentando desafíos que demandan una profunda transformación para cumplir con las exigencias de un mundo cada vez más digital.
Según expertos en la materia, el sistema educativo nacional debe adaptarse rápidamente a los avances tecnológicos y las nuevas metodologías pedagógicas que prevalecen en países más desarrollados. Sin embargo, la implementación de estas innovaciones no será sencilla, debido a las condiciones estructurales y los limitados recursos con los que operan muchas de las instituciones educativas en el país.
Lea También: Ministerio Público investiga 45 casos de maltrato infantil en la zona norte de HondurasEn este contexto, los profesionales del sector educativo instan a las autoridades a adoptar una currícula similar a la de naciones avanzadas, lo que implicaría un cambio radical en la forma en que se enseñan y evalúan los contenidos; no obstante, esta meta se ve complicada por el estado de las infraestructuras educativas, que en muchos casos se encuentran en condiciones precarias y requieren atención urgente.
Además, la preocupación se extiende a la política de matrícula gratuita, que sigue siendo objeto de controversia. Padres de familia han denunciado que en algunas escuelas y colegios públicos les exigen pagos durante el proceso de matrícula. Ante estas quejas, las autoridades educativas aseguran que están trabajando para mejorar las condiciones de aprendizaje, uno de los enfoques principales de la Secretaría de Educación en 2025.
Un aspecto que también genera debate es el modelo de evaluación propuesto para los próximos años. Según los planes del gobierno, en 2025 se implementará un sistema mixto de evaluación, donde el 50% de la calificación será otorgado a través de exámenes y el 50% restante será acumulativo. Para 2026, se prevé que la evaluación se incline más hacia los exámenes, con un 60% de peso, y en 2027, los exámenes representarán un 70% de la calificación total.
A pesar de los esfuerzos por mejorar el acceso a la educación, los problemas económicos de muchas familias siguen siendo una barrera. En particular, los padres de familia han expresado su preocupación por el alto costo de los útiles escolares, que han experimentado un aumento considerable en la costa norte del país.
A pesar de la flexibilización en el uso del uniforme escolar, los padres piden al gobierno que apoye con la distribución de útiles para aliviar la carga económica.
Por otro lado, la estrategia de la merienda escolar, implementada para combatir la deserción, ha sido reconocida por organizaciones de la sociedad civil como una medida positiva. Pero algunos sectores sugieren que el menú debe mejorar y que se debería diversificar la oferta alimentaria, ya que, en muchos casos, los padres deben complementar la merienda con otros alimentos debido a su limitada calidad y cantidad.

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Finalmente, diversos expertos y sectores de la sociedad insisten en la necesidad de mejorar la calidad educativa en áreas clave como matemáticas y español, además de incorporar nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza. También se destaca la importancia de retomar asignaturas como Moral y Cívica para fomentar valores fundamentales en las nuevas generaciones.
A medida que Honduras avanza hacia el 2025, el sistema educativo enfrenta una enorme tarea: modernizarse para poder ofrecer una educación de calidad que prepare a los estudiantes para competir en un mundo cada vez más interconectado y tecnológico. El éxito de este proceso dependerá de la voluntad política, la inversión en infraestructura y, sobre todo, de la colaboración entre el gobierno, la sociedad y las familias.