En 2019, Honduras firmó un memorándum de entendimiento entre el Ministerio de Inversiones y la empresa española Cortés Gas Natural.
Este acuerdo buscaba promover una transición hacia fuentes energéticas más limpias y económicas mediante el desarrollo de una planta de ciclo combinado con capacidad para generar 350 megavatios de energía a partir de gas natural.
Lea También: CNE aprueba proceso de contratación de biometría para las elecciones primarias 2025El proyecto prometía beneficios significativos. Según Samuel Rodríguez, especialista en energía, el cambio al gas natural podía reducir hasta en un 4% las tarifas eléctricas, aliviando el gasto anual de 600 millones de dólares en combustibles fósiles y disminuyendo la fuga de divisas.
«El impacto lo verá el abonado cuando las tarifas bajen», aseguró Rodríguez.
A pesar del optimismo inicial, la percepción del gas natural ha cambiado. Hoy, algunos sectores que respaldaron la iniciativa la critican, lo que plantea interrogantes sobre las razones detrás de este giro.
Para Samir Siryi, también experto en energía, la desinformación podría estar jugando un papel clave: «Solo tenemos que mirar hacia otros países y entender hacia dónde están avanzando y por qué».
El gas natural fue presentado como una alternativa intermedia en el camino hacia la transición energética. No obstante, organizaciones como la Coalición Patriótica de Solidaridad recalcan que, más allá de debates técnicos, lo fundamental para los hondureños es acceder a energía asequible y sostenible.
Mira el video a continuación sobre gas natural:
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«Es menos dañino al ambiente y más barato que otras tecnologías», subrayó su presidente, Juan Carlos Rodríguez.
El gas natural, inicialmente celebrado como un paso hacia la modernización energética, enfrenta hoy cuestionamientos. La clave, según los especialistas, será equilibrar la sostenibilidad ambiental con el impacto económico para los consumidores.