Un violento enfrentamiento entre internos y miembros de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) que tuvo lugar el pasado 11 de noviembre en la cárcel de máxima seguridad de Támara, continúan dejando reacciones.
El incidente ocurrió cuando las autoridades se dirigieron al módulo de segregación para controlar una situación conflictiva, utilizando bombas lacrimógenas.
En respuesta, los reos arrancaron los portones del módulo, desatando un enfrentamiento en el que varios internos resultaron heridos.
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La defensa de uno de los reos heridos denunció un supuesto abuso de poder por parte de los agentes de seguridad.
Según su versión, la actuación de la policía fue desproporcionada y violó los derechos de los privados de libertad.
Sin embargo, el director de la Policía Militar, Ramiro Muñoz, defendió las acciones de sus subordinados, asegurando que estos actuaron de acuerdo con los protocolos establecidos.
Muñoz destacó que, los reos desobedecieron una orden clara y enfatizó que todos los internos deben respetar las normas dentro de las cárceles del país.
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Este nuevo episodio de violencia ha desatado diversas interpretaciones sobre sus causas.
Algunos analistas en criminología sugieren que el enfrentamiento podría estar relacionado con un posible ataque dirigido a internos de alto perfil, como Gilbert Reyes, acusado de un triple asesinato en Roatán, y José Rafael Sosa Méndez, un extraditable solicitado por Estados Unidos.
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