Mas de 62 muertos y 54 heridos es el último recuento de el fatal incendio suscitado en Portugal.
El impacto de un rayo sobre un árbol seco, sería el detonante de tan tenebroso arrebato, según informes de la policía judicial.
Hay varias personas desaparecidas y el incendio ha ido creciendo que ha llegado hasta algunas viviendas, destruyéndolas en su paso.
El fuego tomó fuerza en horas de la noche y por los fuertes vientos fue expandiéndose a lo largo y ancho del término municipal Pedrógão Grande, en el Centro de Portugal.
Al menos una treintena de las víctimas mortales perecieron carbonizados en sus coches, al no poder escapar de las llamas que les alcanzaron cuando transitaban por una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Leiria. Allí, «familias enteras» quedaron atrapadas por el avance de las llamas, según han apuntado las autoridades.
El Gobierno ha decretado en la «zona el estado de contingencia», un nivel por encima del de alerta y por debajo del estado de calamidad. En esta situación, la población está obligada a obedecer todas las órdenes de los servicios de protección civil, incluida la guardia republicana y el ejército, y a incorporarse a las labores que se les pida.
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