Dos monjas en Nueva York han acudido a las redes para denunciar la mala conducta sexual en las comunidades de fe, incluyendo en su propia iglesia ortodoxa, bajo el lema “#ChurchToo“.
Las monjas recurrieron a las plataformas de Facebook e Instagram desde el pasado octubre cuando al supervisor de su convento, el sacerdote Gerasimos Makris, acusado de mala conducta sexual, se le permitió regresar a su iglesia en Brooklyn, señala el diario New York Post.
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En el otoño de 2017 salió a relucir la primera denuncia de una mujer que dijo “sentirse incómoda” en su interacción con Makris, lo que incluyó abrazos muy prolongados y se le pidió al religioso no tener contacto con esta.
El pasado enero, el sacerdote admitió durante una reunión haber tenido relaciones con otras dos mujeres adultas “y aunque no fueron las interacciones sexuales usuales que uno imagina, no fueron apropiadas”, señaló al Post el obispo Andonios Paropoulos, al frente del Arzobispado Griego Ortodoxo.
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El Post indica además que pese a que una “corte espiritual” de la Arquidiócesis recomendó que fuera vetado, jerarcas de la iglesia lo reinstalaron, luego de haber asistido a tratamiento “por pedido de sus feligreses”.
Las religiosas comenzaron entonces una campaña en las redes sociales abogando por cambios, en las que aparecían con sus hábitos, con mensajes como “el silencio no es espiritual”, “crean a los supervivientes”, “pongan fin a la cultura de la violación”, entre muchos otros, agrega el rotativo.
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Del #MeToo al #ChurchToo: El movimiento #MeToo rebasó la esfera de los problemas de comportamiento sexual en la industria del entretenimiento y llegó hasta la vida social, dando pie a denuncias de mujeres en todo tipo de circunstancias.
Fuente infobae
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