Desde hace unos meses, el astro argentino del Barcelona, Lionel Messi mostraba un total desacuerdo con las decisiones deportivas de la directiva del club, pero fue hasta la histórica paliza que recibieron del Bayern en Liga de Campeones, que el zurdo comenzó a pensar seriamente en la posibilidad de abandonar las filas azulgranas,
Al finalizar el encuentro ante los alemanes, la noticia no era la vergonzosa eliminación, sino el rumbo que tomaría la carrera de Messi tras cinco fracasos consecutivos en UCL, entre los cuales destacan dos inolvidables remontadas que sufrieron ante Roma y Liverpool.
Sin embargo, la debacle italiana e inglesa no es lo único que lo atormentaba. También el hecho de que pasan los años y el Barca parece no ver la luz al final del túnel para emprender un proyecto ganador. Las contrataciones de Coutinho, Dembelé o Griezmann darían un toque de calidad al club, pero en realidad solo fueron un desperdicio de dinero.
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Es por ello que, los catalanes contrataron a una leyenda como el holandés, Ronald Koeman, quien dejó claro que renovaría la plantilla de tal forma que no quedara ninguna vaca sagrada. El objetivo es que Messi sea el pilar del club, pero ahora las cosas toman un entorno distinto.
Cuando disfrutaba de unas merecidas vacaciones, Messi tuvo que interrumpir su descanso porque Koeman llamaba su puerta para conocer de primera mano la posición del argentino con respecto a su situación.
Los puntos de vista fueron contundentes y el rosarino comunicó al neerlandés que no tiene claro su futuro, pero que se ve “más afuera que dentro” del club. Sin embargo, está consciente de que aún le queda contrato por un año, por lo que hasta ahora solo tendría en mente respetar el vínculo, y observar el trayecto que toma el prometedor proyecto de Koeman, autor del gol que dio la primera Champions de su historia al Barca en 1992.
¿Usted qué opina?