La primera dama de Estados Unidos, durante el viaje oficial de su esposo al Medio Oriente, se ha observado muy seria, hasta con un semblante molesta.
Pero este miércoles todo ha cambiado, en la visita al Vaticano su rostro serio se ha vuelto a iluminar con su sonrisa, y el responsable ha sido el mismo Papa.
El papa Francisco quiso tener (dentro de su ya conocido humor), un momento de cercanía hacia Melania Trump y le preguntó por un dulce típico esloveno: “La Potica”: “Señora, ¿le han invitado a comer…la potica?
Ella quedó impactada y sorprendida. No sabía qué decir y confundió lo que el Papa le estaba diciendo: ¡Ah, sí, la pizza!’ Los dos sonrieron e hicieron reir a los presentes incluyendo al presidente Trump.
(La peculiar charla entre El Papa y la Primera Dama)
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