El príncipe Harry y Meghan Markle tuvieron una «babymoon» de ensueño en un exclusivo hotel del este de Inglaterra.
La pareja real gastó más de 40,000 dólares en la habitación más lujosa del lugar por tres noches de alojamiento. El cuarto en el que se hospedaron cuenta con un comedor privado y una terraza con una hermosa vista del paisaje rural del país británico.
Los duques de Sussex vivieron la escapada romántica a tan solo unas semanas de dar la bienvenida a su primogénito.
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¿Por qué es tan costosa la estancia en este lugar? Porque se trata de una mansión del siglo XVIII que cuenta con la predilección de grandes estrellas como Liv Tyler, Cara y Poppy Delevingne, quienes se hospedaron en el lugar en octubre pasado cuando asistieron a la boda de la Princesa Eugenia en Windsor.
Además de que cuenta con dos restaurantes manejados por el restaurantero ganador de estrellas Michelin, Skye Gyngell. Eso sí, se dice que los Duques prefirieron evitar ser vistos en público e hicieron todas sus comidas en el departamento que alquilaron.
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No se sabe si Meghan aprovechó las instalaciones del estudio fitness del lugar que son perfectas para practicar yoga, una de las disciplinas favoritas de la Duquesa.
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