El lunes la página web del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) colgó un afiche en el que se daban una sería de «consejos» a las mujeres para evitar ser violadas, entre ellos «no usar ropa provocativa», lo que generó críticas en las redes sociales y en las mismas autoridades del Instituto Nacional de la Mujeres (Inamu).
El mismo día el afiche en cuestión fue retirado de la web y en el OIJ indicaron que se trató de un error provocado por halar información de la vieja web de la institución.
No obstante, eso puso de nuevo sobre el tapete la cuestión de culpar a las víctimas por el abuso que reciben, común en la sociedad, que cuando se da un acto de esta especie, interroga a las agredidas cosas como su vestimenta, lugar del hecho o si estaban solas, incitándolas a pensar que el abuso se dio porque no tomaron las precauciones necesarias, es decir, cupándolas.
Como forma de protesta en contra de este injustificado achaque a las víctimas de violación, un equipo de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, montó una exhibición con prendas iguales a las que llevaban 18 mujeres y niñas víctimas de violación al momento de se sufrir los ataques.
Junto a las prendas, aparece la descripción que ellas mismas dieron de su ropa a la policía, que siempre hace esa pregunta.
- «Unos pantalones cortos de deporte y una camiseta naranja. Pasé por su casa cuando acabé de correr. Él no dejaba de decirme que me encontraba muy sexy y yo no paraba de buscar excusas para irme. Pero no me dejó marchar»
- «Unos pantalones buzo, una camiseta de la universidad y una gorra de béisbol».
- «Una falda negra y un sweter rojo. Eran de mi compañera de habitación, me lo dejó para ir a mi cita. Estaba tan nerviosa. Me gustaba tanto aquel chico… Parecía un tipo bueno. Pero cuando le dije que parara y empecé a llorar, él no paró».
- «Un traje de baño. Habíamos pasado todo el día montando en canoa por el río, me había divertido mucho. Entraron en mi tienda de campaña cuando me estaba cambiando de ropa»
- «Falté un par de días al trabajo después de aquello. Cuando se lo dije a mi jefa, me hizo justo esa pregunta. Le dije que una camiseta y unos pantalones vaqueros, ¿qué se supone que lleva a un partido de béisbol?».
Las ropas expuestas, sin embargo, no son las que llevaban las víctimas en el momento preciso de ser agredidas, aunque se han elegido en base a sus descripciones para que se ajusten lo más posible a la realidad.
«No hemos expuesto la ropa real de las víctimas por decisión propia, porque puede ser cualquier camiseta, vestido o pantalón, no esa camiseta, ese vestido o ese pantalón en concreto», asegura Jen Brockman, directora del Centro de Educación y Prevención de Agresiones Sexuales de la Universidad de Kansas.
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