El equipo olanchano intentó obtener resultados con un equipo lleno de varios futbolistas experimentados, pero no fue suficiente.
Nadie pudo descifrar el final de una institución que se mantuvo peleando siempre por puestos de liguilla. Juticalpa tuvo un par de malos torneos y pagó el precio descendiendo a la segunda división.
La junta directiva hizo hasta lo imposible por llenarse con talentosos futbolistas, que ya tenían experiencia en primera división. Sin embargo, en la época moderna del fútbol, las carteras no ganan títulos.
El conjunto «Canechero» conformó una plantilla incluso más cara que la de Lobos UPN, actual semifinalista del Clausura, pero varios de los jugadores no desarrollaron la idea planteada por los técnicos.
Y hablando de los entrenadores, Juticalpa regaló una buena parte del torneo bajo el mando de Robert Lima. El uruguayo apenas sumó puntos en lo que estuvo como mandamás de los olanchanos y ahora están pagando las consecuencias.
Lea También: Marathon se aferra al Yankel para llegar a la finalLuego llegó Wilmer Cruz, un apagafuegos que arribó a un plantel golpeado anímicamente por los malos resultados. El «Pájaro» los mantuvo en la pelea, pero no logró el objetivo.
Así termina un proyecto que comenzó desde su ascenso el año 2015. Ahora deben esperar al menos un torneo más para volver al máximo circuito o esperar las decisiones de la Liga Nacional, que también busca ampliar el campeonato a s 12 clubes.
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