Tras el deceso sorpresivo de un reo de 52 años por COVID-19 en la cárcel de El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, el viceministro de Salud, Roberto Cosenza informó que se iniciaron a aplicar pruebas para detectar si existen más casos de la enfermedad en el recinto.
El funcionario explicó que necesitan conocer los nexos epidemiológicos y los contactos que pudo tener el reo fallecido por COVID-19.
En ese aspecto, manifestó que sostuvo varias reuniones con las autoridades penitenciarias para aplicar protocolos más rigurosos de bioseguridad.
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Ante esta situación, la presidenta de la Asociación de Familiares de Reclusos, Dilma Ordóñez pidió a todos los centros carcelarios de máxima seguridad a que aíslen a los privados de libertad para evitar propagación de la enfermedad.
Cabe destacar que, el Instituto Nacional Penitenciario, nombró una comisión que se encargue de indagar en el fallecimiento de este recluso a causa del coronavirus.
Es importante mencionar que, los privados de libertad no recibían visitas desde el pasado 15 de marzo.
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