Donald Trump en su reciente discurso en Arabia Saudita, ha dejado claro que su país no está en guerra con el Islam, y que el Islam es «una de las grandes religiones».
Uno de los temas principales de su discurso es la batalla ante el terrorismo, calificándola como una “batalla entre el bien y el mal” por lo que insitó a las naciones de mayoría musulmana a redoblar esfuerzos contra el terrorismo.
«Esta no es una batalla entre distintas creencias, distintas sectas o distintas civilizaciones», dijo Trump, de acuerdo con los comentarios preparados. «Esta es una batalla entre criminales bárbaros que buscan eliminar la vida humana y a la gente decente de todas las religiones que buscan protegerla. Esta es una batalla entre el bien y el mal».
Uno de sus más enérgicos mensajes fue exhortar a los países mayoritariamente musulmanes a expulsar a los terroristas.
«Expúlsenlos», dijo Trump. «Expulsen a los terroristas. Expulsen a los extremistas. Expúlsenlos de sus lugares de oración. Expúlsenlos de sus comunidades. Expúlsenlos de su tierra santa y expúlsenlos de la Tierra».
Trump reconoce que los la mayoría de las víctimas de los terroristas son musulmanes, ha calificado a los “Islamitas” que no tienen legitimidad religiosa, como “soldados del mal”; para poner distancia entre el Islam y la ideología que alimenta a los grupos terroristas como ISIS.
Se esperaba que el discurso ayudara al mandatario a reanudar su relación con el mundo musulmán, ya que durante su campaña emitió algunos comentarios islamofóbicos.
El discurso de Trump fue presenciado por líderes de 55 países de mayoría musulmana, este es el primer esfuerzo del mandatario por llegar a los 1.600 millones de musulmanes en todo el mundo.
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