A pocas horas de que comiencen las elecciones del 5 de noviembre, los 50 estados de Estados Unidos están implementando medidas de seguridad sin precedentes en los centros de votación.

Tras una de las campañas más violentas en la historia del país, la protección de funcionarios electorales y votantes se ha convertido en una prioridad.

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Equipos de seguridad, drones, francotiradores, y dispositivos como chalecos antibalas y botones de pánico estarán presentes para garantizar que todos puedan ejercer su derecho al voto sin temor.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que desplegará observadores electorales en 86 jurisdicciones de 27 estados, incluidos los considerados claves para el resultado electoral.

Este año, el número de observadores federales alcanzará cifras históricas, lo que refleja el clima de polarización que ha intensificado tensiones desde el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, perpetrado por seguidores del expresidente Donald Trump.

Conscientes de los riesgos, las autoridades llevaron a cabo recientemente un simulacro de evacuación con la participación de 12 helicópteros, según informó Fox News.

A lo largo de este gobierno, Trump y sus aliados han continuado promoviendo teorías de fraude electoral, lo que ha generado temores de protestas violentas en caso de una derrota ante su oponente, la demócrata Kamala Harris.

Adrian Fontes, secretario de Estado de Arizona, afirmó en una conferencia de prensa que las medidas de seguridad se han intensificado y se han implementado «barreras físicas» en los centros de votación, con el fin de que las elecciones en Estados Unidos se lleven sin contratiempos.

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